Ante la gravedad de la pandemia del Covid-19, la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) y la Conferencia de Iglesias Europeas (CEC) han señalado, por medio de un comunicado, la necesidad de “nuestra humanidad común como hermanos y hermanas”, animando, para ello, a pensar “en las muchas personas que están sembrando la esperanza cada día ejerciendo la caridad y la solidaridad”.
“Queremos orar con profunda gratitud por todos aquellos que sirven a sus semejantes con empatía y calidez, apoyándolos desinteresadamente: médicos, personal de enfermería, proveedores de servicios básicos, fuerzas de la ley y el orden, y personas involucradas en la atención pastoral”, afirman, así como por “todas las personas que están sufriendo durante esta crisis, en particular los enfermos, los ancianos, los pobres, los excluidos y los niños que experimentan inestabilidad familiar” y todas las personas que han fallecido.
Compromiso con el proyecto europeo
Además, los líderes de las Iglesias europeas acogen “con gratitud las numerosas iniciativas individuales y colectivas que están reinventando nuevas formas de solidaridad y nuevas formas de compartir más allá del necesario distanciamiento social”. Asimismo, han animado a la Unión Europea y sus estados miembros a que “continúen actuando de manera decidida, transparente, empática y democrática”.
En este momento crítico se presenta la necesidad, además, de que “demostremos nuestro compromiso conjunto con el proyecto europeo y con los valores europeos comunes de solidaridad y unidad, en lugar de capitular ante el miedo y los nacionalismos”. Para ello, llaman a “repartir la carga de la atención a los enfermos, facilitar el intercambio de material médico, adoptar medidas creativas que alivien el impacto social, económico y financiero, así como reforzar la cooperación internacional y la asistencia humanitaria para apoyar los sistemas de salud más débiles en las regiones necesitadas del mundo”.