Una mirada profunda a María en el Viernes de Dolores. Fue la invitación que lanzó esta mañana en el Papa a los cristianos, durante la eucaristía diaria que presidió en la capilla de Santa Marta. En su homilía el Papa presentó a María como “madre…. Y negó que ella buscara ser “primera ministra” o pertenecer al “colegio apostólico”.
“Jamás dijo: yo soy la mamá, mírenme, que soy la reina madre. No pidió nada importante para ella en el colegio apostólico. Solo aceptó ser madre”, expuso Francisco. “Hoy nos hará bien detenernos un poco en pensar en los dolores de la Virgen, que es nuestra madre y cómo los ha llevado: los ha llevado bien, no con un llanto falso sino con el dolor de un corazón destruido”, aportó.
“La Virgen nunca pidió nada para sí, solo para los otros. Pensemos en Caná”, recordó, para subrayar que simplemente quiso “tomar en sus manos a Jesús en la cruz como lo había hecho treinta años antes en Belén”. “Ha recibido el don de ser madre de Jesús y de acompañarnos a nosotros, de ser nuestra madre”, meditó.
Al ahondar en la imagen de María como Madre Dolorosa confesó: “A mí me hace bien, cuando rezo el ángelus, repasar estos los siete dolores -siete escenas de la vida de la Virgen reconocidas por la piedad popular-, para ver cómo la Madre de la Iglesia, con tanto dolor, nos ha parido también a nosotros”.
“En el Evangelio se ve que siguió a Jesús, con las amigas, con las mujeres piadosas, y escuchaba a Jesús”, recordó el Papa sobre el acompañamiento de María a su Hijo: “Seguro que en el Calvario la gente diría ‘pobre mujer’, por también habría gente que diría: ‘También ella tiene culpa, si lo hubiese educado bien, no habría terminado así’”.
“Honrar a la Virgen es decir madre, porque ella es el título que recibe de Jesús al pie de la Cruz. No la hizo primera ministra, la hizo madre. Y Después la hará madre de los apóstoles en oración”, explicó el Papa, que ahondó en esta cuestión.
Así, aseveró: “No ha pedido ser una cuasi redentora o una corredentora. El Redentor es un solo y este título no se puede re: solo discípula y madre. Así, como madre, debemos buscarla y rezarla en la Iglesia madre. En la maternidad de la Virgen vemos la maternidad de la Iglesia que recibe a todos, buenos y malos”. Francisco concluyó la homilía con un “gracias por haber aceptado ser madre cuando alguien te lo dijo. Gracias por aceptar ser madre cuando Jesús te lo dice”.
Por otro lado, en relación a la pandemia del coronavirus, el Papa hizo un llamamiento para que “recemos por toda la gente que ayuda hoy, pero también por quienes piensan también en el mañana para ayudarnos a todos nosotros”. “Hay gente que ahora comienza a pensar en el después de la pandemia, en todos los problemas que llegarán: el trabajo, la pobreza, el hambre…”, valoró al comenzar la misa.