Colombia sigue firme en sus medidas sanitarias para evitar la propagación del covid 19. La Iglesia ha secundado este esfuerzo institucional y a la par activó todos sus frentes para la atención prioritaria de los más necesitados, especialmente de esos que corren mayor riesgo por cuenta de la cuarentena, porque dependen de entradas diarias de dinero: “o me mata el hambre o me mata el coronavirus”. Esa es la rémora de muchos.
Con el inicio de la Semana Santa, la solidaridad debe estar a prueba del coronavirus en un territorio ‘con surcos de dolores’, asediado por la violencia, donde seguramente el periodo de cuarentena pudiera extenderse por varios meses, según el criterio de autoridades sanitarias.
La caridad no está en cuarentena
“La Evangelización y la caridad no están confinados ni en cuarentena”. Remacha fray Gabriel Gutiérrez, el sacerdote franciscano que, a través de la organización Callejeros de la Misericordia, ha salido a las calles de Bogotá durante estos días de confinamiento total por el coronavirus para tender la mano a quienes él mismo ha denominado “las ciudadanías callejeras”. Son más de 300 personas, que a diario reciben raciones de comida caliente y los insumos necesarios como tapabocas y gel antibacterial para enfrentar al Covid 19.
Según el religioso “la misa por internet es un medio muy bonito de oración e importante, pero también tenemos que tener algo más concreto” ante esta emergencia donde “miles de seres humanos qué tienen tantas situaciones de vulnerabilidad”, por tanto “la Iglesia no se puede esconder”.
En el campo de batalla
Gutiérrez asevera que hombres y mujeres de Iglesia no claudicaron su fe ni durante las guerras ni las pandemias, por lo cual mucho menos “nosotros no podemos escondernos ni podemos perdernos de este acontecimiento”.
También ha asegurado que tanto él como el equipo de voluntarios que lo acompaña en las frías calles de Bogotá están tomando todas las medidas de protección y protocolos de atención humanitaria, requeridos para estos casos. Aún siente preocupación por la gran cantidad de familias en estado de vulnerabilidad: niños, ancianos, migrantes que no tienen comida, por tal motivo hace un llamado a las organizaciones y eclesiales a redoblar esfuerzos, porque “la Iglesia tiene que estar como soldado en el campo de batalla”.
Acciones en toda Colombia
Son muchos los esfuerzos que desde la Iglesia colombiana se vienen realizando con la llegada del virus al país. Cáritas colombiana, brazo social del episcopado, ha informado que “desde las diversas Arquidiócesis, Diócesis y Vicariatos, trabaja en conjunto con las administraciones locales, universidades, instituciones y organizaciones sociales, para brindar asistencia humanitaria a quienes más lo necesitan”.
De este modo “la ayuda más recurrente e importante es la entrega de alimentos no perecederos” especialmente a habitantes de calle, vendedores ambulantes o personas de la tercera edad. Entre las regiones a las que han llegado están: Málaga-Soata, Duitama-Sogamoso, Montería, Sonsón- Rionegro, Ipiales, Zipaquirá, San José del Guaviare, Girardot, Valledupar, Yopal, Guapi, Santa Rosa de Osos, Granada, Soacha, Girardota, Sincelejo, Cartago, Santa Marta y las Arquidiócesis de Ibagué, Barranquilla, Florencia y Cartagena.
Además han informado que los recursos de estás ayudas “son obtenidos por medio de las donaciones que realizan otras personas y familias a través de las parroquias, pero también con el apoyo de algunos empresarios y en articulación la administración local, regional y nacional, e incluso con apoyo internacional”.
Ayudas económicas
A la par con todo este esfuerzo para que la población más vulnerable no sufra los rigores del hambre, han empezado a girar también ayudas económicas en Santa Marta, Yopal, Valledupar, Girardot, Ipiales, Bogotá y Florencia.
Para ello han hecho el levantamiento de una data –incluido el seguimiento y el acompañamiento– de aquellas situaciones críticas. Este bono de ayuda está dirigido a adultos mayores y familias pobres con niños y jóvenes.
Pese a la llegada de la pandemia, Cáritas colombiana ha asegurado que siguen firmes en la campaña de comunicación cristiana de bienes, cuyos recursos recolectados serán orientados “a enfrentar la emergencia sanitaria, consiguiendo recursos para ofrecer alimentos, auxilios económicos, de hospedaje, y apoyo psicosocial a las familias que más lo necesitan”, por eso hacen el llamado a seguir dando sus generosos aportes.