Al concluir la celebración del Domingo de Ramos y la Pasión del Señor, el papa Francisco rezó el ángelus en el interior de la basílica de San Pedro en el altar de la Cátedra. El Pontífice saludó a quienes “han participado a través de los medios de comunicación” en la celebración tan particular de este año pro la alerta sanitaria por el coronavirus.
Testimonio de solidaridad
Francisco ha tenido un recuerdo para los “jóvenes de todo el mundo”, ya que este inicio de la Semana Santa coincide con la Jornada Mundial de la Juventud que este año es diocesana y que ha obligado a suspender algunos actos, como el traspaso de la Cruz de los jóvenes de Panamá a los de Lisboa, sede de la JMJ en 2022. “Este evocador gesto se aplaza al domingo de Cristo Rey, el próximo 22 de noviembre”, informó el Papa.
“Anticipando ese momento, os insto a vosotros, jóvenes, a cultivar y dar testimonio de la esperanza, la generosidad y la solidaridad que todos necesitamos en este difícil momento”, reclamó haciendo referencia a la pandemia del coronavirus. Además, el Papa ha recordado que el 6 de abril es el ‘Día Mundial del Deporte para la Paz y el Desarrollo’ y señaló que aunque las competiciones están suspendidas “los mejores frutos del deporte salen a la luz: resistencia, espíritu de equipo, hermandad, dar lo mejor de uno mismo… Así que, relancemos el deporte para la paz y el desarrollo”, invitó.
Una Semana Santa en casa
Con la mirada puesta en los próximos días, el papa Francisco deseó que “comencemos con fe en la Semana Santa, en la que Jesús sufre, muere y resucita”. “Las personas y las familias que no podrán participar en las celebraciones litúrgicas están invitadas a reunirse en oración en casa, ayudadas también por medios tecnológicos”, propuso.
Pidió a todos, además, que “abracemos espiritualmente a los enfermos, a sus familias y a quienes los cuidan con abnegación; recemos por los muertos a la luz de la fe pascual. Cada uno está presente en nuestros corazones, en nuestro recuerdo, en nuestra oración”, concluyó.