Los casos por coronavirus en Soria triplican la media nacional, el obispo Abilio Martínez Varea está viviendo este confinamiento desde su residencia en El Burgo de Osma observando “con preocupación” como crecen estos datos. Una situación que refleja, según el obispo de la diócesis de Osma-Soria, que es una región muy envejecida y con un gran número de residencias de mayores donde es más fácil la transmisión al haber un número elevado mayores. A todo esto se suma, el tiempo que “hemos estado los primeros momentos sin tomar precauciones y ser conscientes de la situación del virus”.
“Desde un primer momento en la diócesis hemos estado intentando transmitir la confianza en las autoridades sanitarias y gubernamentales para que el nivel de alarma sea el justo sin llegar a entrar en pánico”, señala. Además, han tratado de ofrecer “una palabra de esperanza, que de esto salimos, una esperanza en Cristo y que no se queda de tejas para abajo”, añade.
La tercera clave es un mensaje de agradecimiento a los sanitarios, las fuerzas de seguridad, a quienes mantienen los servicios sanitarios y “a quienes nos quedamos en casa que estamos contribuyendo a que esto no vaya a más”. “Gracias no es una palabra gastada en esta lucha diaria contra el coronavirus”, recalca.
Además del discurso, la diócesis no se ha quedado quieta. La casa de espiritualidad de El Burgo de Osma está puesta a disposición de las autoridades y sus 50 plazas “seguramente” serán empleadas por la Unidad Militar de Emergencia cuando acuda a la zona. Además de otras propuestas, la última iniciativa es la creación de un fondo diocesano extraordinario de solidaridad que ya ha sido presentado el pasado jueves, 2 de abril y que ya cuenta con 125.000 euros.
“Es una forma de implicación de la diócesis como institución, en un primer momento, con Cáritas y el seminario para ayudar a los trabajadores, autónomos y pequeños negocios que se encuentren con dificultades o hayan pedido el trabajo fruto de esta crisis social derivada de esta crisis sanitaria”, explica. La idea es que en este fondo se impliquen “en un segundo momento los sacerdotes, las comunidades de vida consagrada, las cofradías… y, en un tercer momento, todo aquel cristiano o no que quiera colaborar con este fondo dirigido a estas situaciones de debilidad social”. “Aquí está la Iglesia haciendo algo, como Iglesia nos vamos a implicar poniendo nuestro granito de arena que es estar siempre al lado de los pobres”, recalca.
Un elemento para “mantener la esperanza”, en la diócesis los sacerdotes siguen celebrando la eucaristía en privado. Como diócesis, en los días grandes de la Semana Santa se celebrará en la catedral con la normativa habilitada para la ocasión y se va a transmitir a través del canal de YouTube. Un dato significativo para una diócesis modesta es que “el domingo 29 de marzo hubo 650 visualizaciones que son más que 650 personas ya que en una casa puede haber más de una persona”. “De esta manera estamos celebrando los sacramentos con este objetivo de mantener la esperanza”, apunta.
Además, desde la diócesis se envían materiales catequéticos para cada domingo, los sábados las campanas suenan en señal de agradecimiento a los esfuerzos de los sanitarios o se reza el ángelus con la oración del papa Francisco para el fin de la pandemia… Algo que se suma a las iniciativas variadas de los distintos párrocos, “es un tiempo raro porque no vamos a poder celebrar presencialmente unidos en grupo, pero la diócesis quiere ofrecer unas ayudas a través de los medios de comunicación que sirvan de alimento espiritual”.