El papa Francisco comenzó la eucaristía del Lunes Santo en la capilla vaticana de Santa Marta poniendo en primer plano lo que considera “un problema grave que se da hoy en diversas partes del mundo” provocado por el confinamiento para frenar la expansión del coronavirus.
“Quisiera que rezáramos por el problema del hacinamiento en las cárceles, donde existe una superpoblación y hay peligro de que esta pandemia acabe en una grave calamidad”, expresó Francisco sobre uno de los efectos del aislamiento obligado de más de la mitad de la población mundial por la pandemia-
“Oremos por los responsables, por quienes deben tomar las decisiones, para que tomen el camino justo y creativo y puedan resolver el problema”, imploró el Papa. Solo en Italia, los motines generados por el aislamiento de los presos provocaron seis fallecidos hace un mes.
Los obispos brasileños ponían el grito en el cielo hace unos días al denunciar las condiciones inhumanas de los presos en el país ante la escasez de agua y alimentos, la falta de higiene y las dificultades para comunicarse con el mundo exterior.
“La realidad muestra que los directores de las prisiones de todo el Brasil han optado por aumentar el número de barreras en el ingreso al alimento, los materiales de higiene personal, de limpieza y medicamentos“, ha denunciado los prelados de la Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal Brasileña.