Desde Miami, la Rosalía. La artista catalana, nueva reina del Pop mundial, atendía anoche por videollamada a Jordi Évole en su programa ‘Lo de Évole’ (La Sexta). En apenas 10 minutos de entrevista, una de las preguntas del periodista iba directa a su fe. Y es que la cantante publicó el pasado 20 de marzo el Padrenuestro en su cuenta de Twitter. Évole se lo recuerda. Ella, se ríe.
¿Rezas? “A mí manera, yo lo puse porque cuando era pequeña y me quedaba a dormir con mi abuela, ella siempre me lo rezaba, antes de dormirme. De golpe, el otro día, me acordé y lo publiqué. Sin más, lo pienso y lo público. Intento antes de ir a dormir dar gracias. Dar gracias por las cosas buenas y positivas que pasan en el mundo y a mi alrededor. Intento tomar conciencia de ello porque eso me ayuda a estar más anclada”, responde.
A la artista, la crisis del coronavirus le cogió trabajando en Estados Unidos. “No quería pasar la cuarentena sola y me vine a casa de mi manager. Me llamo cada día con mi padre, mi madre, mi hermana y estoy como que no me creo lo que está pasando. Llevo semanas en shock, triste, disgustada por no estar ahí”, explica Rosalía a Évole. Con ellos y con sus amigos comparte música por videollamada, hablan, les enseña lo que cocina, incluso a hecho muffins –magdalenas, vaya–.
En su particular confinamiento, la catalana no para de crear. “Estoy intentando hacer música, me he hecho un pequeño estudio en una habitación, aunque es difícil concentrarse en medio de lo que pasa, intento darle la vuelta a la energía”, apunta, al tiempo que reconoce que pasa unas 7 horas diarias grabando, escribiendo o dándole vuelta a ideas. “Si no canto, si no bailo, si no me muevo, aunque sea haciendo el tonto, se me va apagando la luz, me lo noto”, agrega. Y remata: “El arte nos ayuda a sobrellevar situaciones difíciles”.
Sus primeras dos semanas de confinamiento ya tienen nombre: Dolerme. “Se que lo que hago como artista puede parecer prescindible, pero, para mí, poder hacer música es salud mental”. Con estas palabras presentaba su nueva canción. Un tema más para dentro. Más para este momento. “En marzo iba a sacar una canción para bailar. Pero dije: no. No tiene sentido en este contexto, en cómo me siento. Quería sacarla lo antes posible, aunque no sea perfecta, pero era por lo que tenía ganas de expresar”, reconoce.
Lo que les espera, lo que les espera, lo que les espera
Yo ya no sé por qué no quiere dolerme
Entre tanto, la artista, a quienes sus fans no dudan en llamar ‘Diosalía’, mantiene una mirada positiva, pese a la Noche Oscura. “Noto preocupado a todo el mundo, pero hay que intentar pensar en positivo, esto es temporal. A lo mejor se está abriendo una grieta para reflexionar sobre cómo se están haciendo las cosas, cómo se han hecho y cómo nos gustaría hacerlas más adelante”, indica. Y continúa: “Creo que al estar en una situación tan límite, a lo mejor nos planteamos las cosas diferentes”.
A comienzos de marzo, ella misma compartió un extracto del documental ‘La Rosalía’. En él reflexiona así cuando se le pide una definición del amor: “Yo no sé lo que es el amor aún. Creo que el amor se aprende a medida que uno vive. Tengo que vivir más, aprender qué es el amor, entenderlo del todo y poder explicarlo como Dios manda”.
Y continuaba: “Como decía san Agustín, ‘conocemos en la medida en la que amamos’. El amor es conocimiento. Para mí, el conocimiento también tiene que ver con la vida, con la experiencia. Entonces, aún me queda para aprender”.
Antes de ponerse ‘Malamente’, Rosalía aterrizaba en los oídos de todos los españoles poniéndose mística. ‘Aunque es de noche’ es el tema que rescató del poemario de san Juan de la Cruz para convertirlo en flamenco fusión.
El primer disco de la cantante está impregnado de espiritualidad, mística e iconografía cristiana. La escenografía de ‘El Mal Querer’ incluye coronas de espinas, la Virgen María, el Espíritu Santo en forma de paloma, ángeles, el cielo, rosarios, altares y hasta un retrato de san Juan de la Cruz. De hecho, su tema ‘Bagdad’, capítulo que renombra como ‘Liturgia’, reza así:
Sentaíta
al cielo quiere rezarle,
prendaíta de esos males
que Dios tendrá que cobrarle.
Y es que la multipremiada estrella ha demostrado que los ‘Vía crucis’ también pueden vivirse a ritmo de electrónica, R&B, e incluso trap. ¡Tra! ¡Tra!