Encabezados por el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, José H. Gómez, los católicos en ese país se unirán en oración para pedir al Sagrado Corazón de Jesús por el fin de la pandemia del Covid-19.
El también arzobispo de Los Ángeles (California) invitó a todos los católicos norteamericanos a unirse a esta iniciativa el próximo 10 de abril, Viernes Santo, para rezar específicamente la Letanía del Sagrado Corazón de Jesús, “para que se ponga fin a la pandemia de coronavirus”.
Esta oportunidad de rezar juntos durante la pandemia del coronavirus –dijo– ofrece un momento especial de unidad para los fieles, en un momento en que las comunidades en todo Estados Unidos y en todo el mundo no pueden congregarse físicamente para la Semana Santa y Pascua debido al Covid-19.
Cristo no está en cuarentena
Tras señalar que la humanidad vive un momento en que la enfermedad y la muerte de repente oscurecieron toda la tierra, el arzobispo Gómez aseguró que, pese a ello, el Redentor vive. “Damos gracias por lo que Jesucristo ha hecho por nosotros por su vida, muerte y resurrección. Incluso ahora, nos maravillamos del hermoso misterio de nuestra salvación, cuán precioso es cada uno de nosotros a los ojos de Dios”.
Al referirse a la celebración de los sacramentos, dijo: “Somos dolorosamente conscientes de que muchos de nuestros católicos están preocupados y heridos por la pérdida de la Eucaristía y el consuelo de los sacramentos. Esta es una aflicción amarga que todos sentimos profundamente. Nos duele con nuestra gente y anhelamos el día en que podamos reunirnos alrededor del altar del Señor para celebrar los misterios sagrados”.
Gómez elevó sus oraciones a Dios para “para que podamos soportar esta carga junto con la paciencia y la caridad, unidos como una familia de Dios en su Iglesia universal”.
El Presidente de la USCCB consideró que esta Semana Santa será diferente. Pero aunque las iglesias estén cerradas, “Cristo no está en cuarentena y su Evangelio no está encadenado. El corazón de nuestro Señor permanece abierto a todos los hombres y mujeres. Aunque no podemos adorar juntos, cada uno de nosotros puede buscarlo en los tabernáculos de nuestros propios corazones”.
Ayuda para los afectados
Por otro lado, el Comité de Doctrina, el Comité de Actividades Pro-Vida y la Comisión de Justicia Nacional y Desarrollo Humano de la USCCB, se refirieron a los criterios del gobierno para dar respuesta a las víctimas del Covid-19.
En ese sentido, señalaron que si bien “cada crisis produce miedo, y la pandemia de Covid-19 no es una excepción, no es un momento para dejar de lado los principios éticos y morales. Es un momento para defenderlos con más fuerza, ya que nos ayudarán críticamente a superar estos tiempos difíciles”.
Consideraron que “lo más importante en nuestro enfoque de recursos limitados es tener siempre presente la dignidad de cada persona, y nuestra obligación de cuidar a los enfermos y moribundos. Sin embargo, dicha atención requerirá que los pacientes, sus familias y los profesionales médicos trabajen juntos para sopesar los beneficios y las cargas de la atención, las necesidades y la seguridad de todos, y cómo distribuir los recursos de manera prudente, justa e imparcial”.