La cuarentena ha impedido que la Cruz de Lampedusa, creada por el carpintero italiano Francesco Tuccio a partir de las maderas de una barcaza utilizada para que inmigrantes puedan atravesar el Mediterráneo siga su recorrido habitual. El símbolo que se colocó junto al altar en la visita del Papa a la isla italiana en 2014 está ‘confinada’ en la parroquia de la Santísima Trinidad, en el barrio de San José Artesano de Algeciras (Cádiz).
Los 4 trinitarios que se encargan de la atención pastoral de la parroquia la tienen a buen recaudo hasta que pueda seguir su ruta como permanente recuerdo de la situación de migrantes y refugiados. Un crucifijo de madera de 60 kilos y que mide 80 metros de alto y 1,50 metros de ancho y que bendijo el papa Francisco y pidió a la fundación italiana Casa del Espíritu Santo y las Artes de Milán que gestionase el hecho de que fuese de un lugar a otro.
Cuando llegó el estado de alarma, la Cruz estaba recorriendo algunas parroquias del Campo de Gibraltar. Entonces el confinamiento llegó en este humilde barrio antes de su traslado a la diócesis de Almería. Allí la comunidad continúa el culto en la capilla de los religiosos ante esta significativa cruz mientras dura la pandemia. Junto a ellos la pueden venerar la veintena de personas migrantes acogidas por la Fundación Prolibertas, vinculada a la orden religiosa.
A través de Facebook, los trinitarios comparten algunas de las celebraciones religiosas de la capilla en la que se encuentra la cruz tras ser trasladada del templo parroquial. Aunque volverá a la iglesia porque se transmitirán las principales celebraciones del Triduo Pascual.