Los cuidadores y personal de las residencia de mayores o de personas que requieres cuidados especiales están conviviendo con el coronavirus en primera línea. Para ellos, para evitar que puedan contagiar a sus seres más queridos al volver a casa, se ha puesto en marcha un convento que llevaba sin comunidad desde 2012 en Cantabria, según cuenta la agencia EFE.
Los profesionales del CADMASA (Centro de personas con diferencias significativas) de la Las Caldas de Besaya han decidido dormir en las instalaciones del antiguo colegio de las religiosas de la Divina Pastora, situado en San Felices de Buelna. En la comunidad hay 6 habitaciones individuales y una sala con 40 camas en las que los trabajadores pueden descansar.
El gerente, Rubén Otero, señala que el lugar es muy “digno” para pasar unas horas al día al acabar los turnos. Además, cuando hay una descanso mayor también a su disposición un camping en Cabuérniga. “De momento estamos contentos, no es nuestra casa ni un hotel, pero es digno. Ya veremos cuando pase el tiempo a ver cómo van los ánimos, la convivencia siempre es difícil y más ahora”, señalan.