El estado de alarma por el coronavirus ha obligado al confinamiento de la población, sin embargo en Cantabria más de 20 iglesias han sido saqueadas y profanadas en este tiempo de alerta sanitaria. Según ha publicado el Diario Montañés, los párrocos implicados han observado un ‘modus operandi’ similar en todos los casos ya que los ladrones revientan la puerta, desordenan la sacristía, abren cajones y se llevan lo poco que queda en el lampadario y el cepillo.
Grandes daños materiales
Esto ha sucedido ya en poblaciones como Ontoria, Mazcuerras, Puente Viesgo, Mata, Barros, Cartes, Viérnoles, Barreda, Cóbreces, Novales, Golbardo, Villanueva de la Peña, Casar de Periedo, Ibio… Las autoridades competentes, Policía Nacional y Guardia Civil, han abierto una investigación y, según el diario regional, descartan que se trate de un grupo organizado. “El objetivo de los robos en estas iglesias son los cepillos. Si fuera una banda de profesionales se llevaría las piezas para después venderlas a sus contactos, pero para eso hay que tener conocimientos de arte, saber qué retablos son importantes o la antigüedad del cáliz que tienen delante”, han informado desde la Guardia Civil al Diario Montañés.
El templos como el de Cóbreces se han llevado, por ejemplo, botes de pintura que se iban a emplear en la restauración de la iglesia. Todos los robos se han producido por la noche y los párrocos señalan que es más el destrozo causado que el valor económico de lo que se hayan podido llevar. Uno de los sacerdotes calcula que, como mucho, entre todos los cepillos habría unos 14 euros.
