“Lo que realmente espero es poder celebrar una misa privada. Ha sido un tiempo largo, así que eso será es una gran bendición”. Este es el deseo del cardenal Pell, absuelto ayer de su condena por abusos. Los 7 jueces del Tribunal Superior de Australia consideraron por unanimidad que los miembros del jurado que lo condenaron “deberían haber albergado dudas” sobre su culpabilidad. Tras 404 días en prisión, el ex ‘ministro de Economía’ del Vaticano habla con la agencia CNA.
Para el purpurado, “la oración ha sido la gran fuente de mi fortaleza en este tiempo, incluyendo las oraciones de otros. Estoy increíblemente agradecido a todos los que han rezado por mí y me ayudaron durante este tiempo desafiante”, explicó a la agencia americana. Asimismo, también quiso agradecer las cartas de apoyo recibidas.
Declara otra vez su inocencia
Pell ha vivido este largo año en prisión como un “largo retiro”, que le ha servido para reflexionar, escribir y rezar. Su salida de prisión coincide con la Semana Santa, un hecho que el cardenal australiano no ha pasado por alto. “La Semana Santa es obviamente el momento más importante en la Iglesia, así que estoy especialmente agradecido de que el fallo haya salido en este momento. Por eso, el Triduo Pascual, tan central en nuestra fe, será incluso más especial para mí este año”, resaltó.
El cardenal se enteró de la noticia de su absolución por televisión. “Escuché alboroto en algún lugar de la cárcel y tres presos de mi alrededor me transmitieron su alegría”, indicó, al tiempo que aprovechó una vez más para declarar su inocencia y su intención de pasar página: “No quiero comentar nada más sobre estos años que han pasado. Solo quiero decir que soy inocente de los delitos de los que se me acusó”.
