“La crisis dictada por el coronavirus no puede hacer que se abandone el trabajo que se está haciendo para proteger a los últimos. El llamamiento del Santo Padre no puede caer en el olvido”. Así lo ha pedido Neusa de Fátima Mariano, superiora general de las Hermanas Misioneras de San Carlo Borromeo (scalabrinianas), quienes desarrollan su carisma en la asistencia a los migrantes.
“Por el contrario”, continúa, tal como recoge Fides, “debe dar como fruto una nueva mejora de las comunidades, de las instituciones y las realidades sanitarias que están comprometidas desde diferentes puntos de vista”.
El Covid-19 en los campos de refugiados
Del mismo modo, la superiora ha señalado que los miles de migrantes desembarcados en las costas de Malta “testimonian la necesidad de no interrumpir la cadena de ayudas”. “Es cierto que las naciones europeas ahora tienen un nuevo frente en casa propia”, añade la religiosa, “pero también es gracias a la solidaridad que unidos podremos ganar esta pandemia y levantar una economía que en estos momentos está de rodillas”.
“En Italia, estamos dirigiendo toda nuestra atención a esta pandemia, que entre otras cosas ha golpeado varios campos de refugiados”, ha explicado, denunciando, además, las condiciones en que viven los migrantes, precisamente en los centros de acogida. “Hoy más que nunca la higiene del lugar donde se encuentran es más esencial que nunca. Esto vale para ellos, pero también para las muchas personas mayores que viven en hogares de ancianos”, asevera.
