La austeridad de la liturgia del Viernes Santo, cuando se celebra la Pasión del Señor, se agudizó en esta Semana Santa del coronavirus. Hemos visto por televisión la Catedral Primada de Colombia desierta. En la voz del pastor y ante la cruz ha resonado la pregunta que muchos nos hacemos: “¿Qué sentido tiene el sufrimiento de la humanidad?“.
El grito de la humanidad
“La Iglesia nos pide un profundo silencio para escuchar con oídos atentos el clamor de la humanidad, el grito de la humanidad que sufre”, dijo el cardenal Rubén Salazar al inicio de su homilía, destacando, a su vez, algunas causas de este “dolor intenso”: “sufre la humanidad por sus limitaciones, por estar sometida a la enfermedad, a la muerte…, por sufrimientos morales, angustia, desesperación, abandono, soledad; sufre la humanidad por la injusticia y la violencia de muchos”.
Enseguida, el arzobispo de Bogotá abordó el sentido del sufrimiento de los seres humanos, particularmente “cuando por un virus estamos viviendo en el mundo entero una situación de encerramiento total, cese de todas las actividades, en una cuarentena con consecuencias imprevisibles todavía”.
“¿Qué sentido tiene que muchos se enfermen, incluso niños pequeños?, ¿que mueran tantos?, ¿qué sentido tiene todo este dolor de la humanidad?”, reiteró el cardenal, reconociendo que “muchos quisieran que Dios diera una respuesta contundente, que destruya el mal”. Pero la respuesta que da Dios es diferente: “el Señor nos da a su hijo Jesucristo, que se hizo hombre para manifestarnos el amor y la misericordia del Padre“.
La cercanía de Dios con el que sufre
A través de Jesucristo, Dios se acerca al que sufre y asume el dolor de la humanidad. “El Señor asume todo el dolor de la humanidad en su pasión y en su muerte”, ha dicho Salazar. “A partir de la muerte de Cristo el sufrimiento tiene sentido… y debe ser asumido como él lo asumió en la cruz”, subrayó el cardenal colombiano, haciendo un llamado a “llevar consuelo y salvación” a los que sufren.
La entrega de Jesús en la cruz equivale al amor misericordioso de Dios que da sentido al sufrimiento de los seres humanos. “Animados por el Espíritu de Dios podemos enfrentar el sufrimiento y la muerte“, alentó el cardenal Salazar, al tiempo que invitó a “ofrecer al Señor todos nuestros sufrimientos, nuestras angustias y el dolor de toda la humanidad, todo esto que estamos viviendo por causa del coronavirus”.
“La muerte del Señor en la cruz es la plena manifestación de Dios, como aquel que nos ama, como un Padre misericordioso… que asume el dolor, lo transforma en amor… y nos transforma en instrumentos de su amor”, concluyó el arzobispo de Bogotá.