“Está en nuestras manos que la vuelta a Galilea no sea la vuelta a lo anterior, a la “normalidad”; que este misterio de muerte y vida que vivimos no sea un paréntesis, sino que lo que se nos está revelando experiencialmente, lo que se nos está desvelando de nuestro mundo, de nuestro modo de vivir, de nosotros mismos… sean brújulas en el camino nuevo que estamos llamados a recorrer como humanidad y como creyentes”. Así lo reconoce la Presidencia de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) en su mensaje de Pascua.
“Hoy experimentamos con alegría que el Resucitado nos envía a proclamar que está entre nosotros, que nos da aliento para ir a nuestros hermanos; nos promete encontrarlo en nuestra Galilea, esta Galilea que es nuestro mundo herido, donde comunicar su presencia pasa por ‘vendar corazones desgarrados’, ‘consolar a los afligidos’, tejer comunidad y fraternidad, reconocerlo en el compartir y partir pan y vida, anunciar que Él es el Señor de la Vida”, explica la presidenta, Mariña Ríos, ODN, y el vicepresidente, Jesús Díaz Sariego, OP. Ambos reconocen que, “después de la Pascua, nada es lo mismo, aunque parezca que todo es igual; después de la experiencia pascual que estamos viviendo, nada será lo mismo”.
“A la luz de la Pascua se nos dan ojos nuevos, mirada honda para reconocer, seguir reconociendo, los signos de vida nueva que este tiempo de dolor nos va entregando: la conciencia más fuerte de ser familia humana; las señales de gratuidad, generosidad, vida entregada… en tantas personas; la cercanía a los demás a pesar de la distancia física; el cuidado mutuo desde la responsabilidad cotidiana; la posibilidad de reconocer, de poner rostro, a los vecinos a los que tal vez nunca habíamos mirado a los ojos, y con los que nos hermanamos cada día en el aplauso de la tarde; el permanecer al lado de los sufrientes, el acompañar soledades, el servicio menudo y posible a los más frágiles; la creatividad evangélica para buscar nuevas formas, en esta situación, de tender la mano a los otros, de compartir la fe y la oración, que nos hace vivenciar de modo nuevo ser comunidad eclesial a través de los medios de comunicación…”, aseguran.
Recuerdo a las comunidades afectadas
La Presidencia de los religiosos españoles recuerda que “en este tiempo hemos vivido una Cuaresma y una Semana Santa singular, seguramente con una hondura distinta, con una conciencia diferente, en una cercanía al Señor con el deseo de mirar con Él y desde Él lo que estamos viviendo como humanidad; de mirarlo a Él, el Siervo, el Crucificado… y reconocerlo en el rostro de nuestros hermanos”.
En este tiempo en que tantos hermanos nuestros están sufriendo, “estamos participando de este dolor, no solo en la cercanía, en el servicio, en la oración… sino también, ‘como uno de tantos’, en propia carne. Tenemos presentes de modo especial a los religiosos, a las comunidades, que están experimentando en ellas mismas la enfermedad y la muerte causada por la pandemia”, añaden.
Y continúan: “Hoy, ‘cuando aún está oscuro’, se nos anuncia la Vida cuando nos acercamos al sepulcro donde solo esperábamos encontrar muerte, dolor, sufrimiento…; se nos hace presente el Resucitado mostrando sus heridas y comunicándonos su paz que aleja de nosotros los miedos”.