“Agradecemos la mirada del papa ante la situación por la que pasamos”, ha dicho a Vatican News José Cobo, obispo Auxiliar de Madrid y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Promoción Humana, sobre la carta que Francisco envió a los movimientos populares el pasado domingo de Resurrección. Y es que, para el prelado, las palabras del Papa ayudan “a situarnos en la realidad y a hacer un diagnóstico autentico desde las claves pascuales que nos ofrece el Evangelio vivido en el hoy”.
“Esta carta”, continúa el prelado, “es un aliento para mirar al horizonte, para preparar la salida a esta situación de crisis. Muchos querrán salir como si no hubiese pasado nada o con el piloto automático”. Y es que en el texto, Francisco plantea una serie de claves para “ir adelante”. Además, Cobo señala su agradecimiento porque la carta subraye la necesidad de luchar “por el bien común y el desarrollo humano integral”.
En el texto, Francisco anima a los movimientos populares a trabajar por las tres “tes”: la tierra, el techo y el trabajo. “Son las concreciones de la justicia social que él tanto ha dialogado y acogido en multitud de encuentros con trabajadores y movimientos sociales”, afirma el obispo auxiliar de Madrid.
Un salario universal
Ante la situación de crisis provocada por el Covid-19, de hecho, asevera que la “salida es humana”, es decir, “no solo económica”. Por ello, “podremos tener la oportunidad de poner a las personas en el centro y su dignidad como horizonte” y, para ello “se nos ofrece la urgencia de repensar y regenerar nuestra forma de consumir, de gestionar y situarnos en el mundo”.
Para la Iglesia española, esto plantea algunas tareas concretas que, a juicio del prelado, comienzan por “la acogida”. “En la carta se nos llama a comenzar de forma distinta a como hasta ahora hemos vivido, haciendo de la dignidad y el valor de las personas el nervio de actuación, por encima de volver a lo de siempre, como si nada hubiera pasado”, dice.
Del mismo modo, Cobo indica que a la Iglesia española se le “abre el reto de ayudar a las fuerzas sociales a, desde el horizonte del bien común, acordar mecanismos para consolidar el salario universal que dignifique a las personas y ayude a la supervivencia de tantas familias”.
Poner a los trabajadores en el foco
“Por otro lado, nos implica a potenciar en todos los niveles la importancia de atender los problemas reales de las personas”, añade. “El Papa nos ofrece a los trabajadores como primera realidad a enfocar en la Iglesia para la salida a esta gran crisis”. Una situación que, por otro lado, “aparece una magnífica oportunidad para plantearnos el puesto que tiene el trabajo en la vida de fe, en cada catequesis o acción de la Iglesia, y analizar si ayudamos a leerlo desde la Doctrina Social de la iglesia”.
“Otro reto será el preguntarnos cómo afrontamos en la vida de la iglesia el tema del trabajo digno”, afirma, reconociendo que esto supone “esfuerzos y medios por acompañar a las personas y colaborar con ellas para que vivan de forma nueva”. “Creo que todo cambiará”, dice. “Parece evidente”.