“Europa necesita un suplemento de alma. Debemos tornar a los principios de los fundadores de la UE, porque ningún país puede salir solo de esta situación”. Stefano Zamagni, presidente de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales y profesor de economía política en la Universidad de Bolonia, consideró que la actual pandemia del coronavirus ha demostrado la “impotencia” de Bruselas a la hora de responder a las situaciones extraordinarias.
“Holanda y Alemania dicen que solo pueden ayudar hasta un cierto límite a los países del sur, que son los más afectados por la enfermedad. Esto resulta inaceptable. No se puede hablar de una verdadera Unión Europa si no existe una solidaridad entre sus miembros”, lamentó Zamagni, recordando cómo varios de los ‘padres fundadores’ de esta institución eran católicos, como De Gasperi, Adenauer o Schuman.
Para este reputado analista, la actual crisis provocada por el coronavirus “muestra la necesidad de regresar a los orígenes, a aquel espíritu inicial de la posguerra. Ahora mismo solo hay una convergencia de intereses sobre algunos temas, pero no una verdadera unión. Este modelo no funciona, solo vale para situaciones ordinarias”.
No es un ‘cisne negro’
La pandemia ofrece varias enseñanzas a la sociedad contemporánea, sostuvo Zamagni en un encuentro telemático este martes con varios medios, entre ellos Vida Nueva. Muestra la necesidad de recuperar “la prudencia, que es la capacidad de mirar a largo plazo con sabiduría”. La pandemia “no es un ‘cisne negro’, un evento impredecible”, por lo que se podían haber previsto sus consecuencias. “Se decidió invertir los recursos en unos ámbitos y no en otros”.
Otra “gran enseñanza” de esta emergencia sanitaria es la necesidad de recurrir a otras formas de gobernanza. “Hay que hacer entender lo que supone para nuestras sociedades el principio de subsidiaridad”, remarcó el docente de la Universidad de Bolonia, apostando por un “triángulo con tres vértices que interactúen entre ellos: el Estado, el mercado y la comunidad”.
La familia cura
Otra lección que ofrece la pandemia es la de ampliar el concepto de lo que supone la salud, que no viene solo del servicio sanitario. “Hay que tener en cuenta también los estilos de vida, las condiciones de trabajo, las del medio ambiente y la familia. Hay muchas evidencias de que la gente que vive en una familia estructurada tiene una salud mejor. Si rompemos la familia y primamos un espíritu individualista resulta evidente que la salud se resiente”, advirtió Zamagni.
El experto apostó finalmente por cambiar la concepción actual de la medicina para “no centrarlo todo en la hospitalización” y apostar en cambio por la creación de estructuras intermedias. “¿Por qué la región de Lombardía tiene tantos contagiados y muertos de coronavirus. Por un error que lleva cometiendo en los últimos 25 años. Todo se ha centrado en la hospitalización. Cuenta con clínicas excelentes, pero falta presencia médica sobre el terreno”.