La Policía Nacional desalojó el pasado lunes la parroquia de los Santos Juan y Pablo, de San Fernando de Henares (Madrid) –perteneciente a la diócesis de Alcalá de Henares–, en medio de la misa. Lo relata en primera persona el párroco, Miguel Ángel Nieto, en sus perfiles de redes sociales, donde advierte que le han hecho “lo mismo que al obispado de Granada”, pues este Viernes Santo los agentes entraron a la catedral para poner fin a la celebración debido a la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus.
“Dos agentes han entrado en la iglesia en Misa de 19:30 h. Serían las 19:45 h. y estaba terminando la Liturgia de la Palabra. Han entrado en el templo y nos han invitado a desalojarlo o nos sancionaban. Éramos solo 5 feligreses y el cura, por lo que se cumplían las distancias de seguridad sobradamente”, se justifica el sacerdote de Alcalá, una de las pocas diócesis españolas que se ha negado a suspender las misas públicas.
Y continúa su argumentación: “Por más que les he mostrado lo que dice el artículo 11 del Decreto de Alarma, y los feligreses han mostrado todos el papel del obispado que nos invitaron a repartir como salvoconducto hacia la Policía, me han dicho que si no suspendía la misa, nos sancionaban”.
El propio Nieto explica que los agentes le dijeron que acudieron por un requerimiento, lo que el sacerdote interpreta como la queja de un vecino. Por tanto, no le quedó otra que darles la comunión y cada uno poner rumbo hacia su casa.
Nieto puso el caso en conocimiento del obispado, pastoreado por el obispo Juan Antonio Reig Pla, que le ofreció la siguiente respuesta, tal y como el mismo expresa: “Mañana que celebre con normalidad pero que no deje la puertas abiertas de par en par ni las luces que dan a la calle encendidas. También quitar las campanas que anuncian la misa. Explicar a los feligreses que la puerta estará siempre ‘cerrada’ aunque sin llave, para que puedan pasar y la vuelvan a dejar cerrada. La Policía no puede entrar en un templo ni paralizar una misa sin un requerimiento judicial firmado. Hoy han cometido allanamiento de morada. Si insisten en denunciar, que denuncien. Se recurre y ellos serán denunciados por prevaricación, por saltarse la ley”.
El párroco concluye su mensaje en redes con el siguiente comentario: “La cosa se pone divertida. Pido oración”.