Su nombre es Jesús Cañizares, este sacerdote trabaja como capellán de la policía de Cartagena, en la costa caribe colombiana. Además tiene la jerarquía de teniente coronel dentro del cuerpo policial.
Desde que empezó el aislamiento obligatorio, en compañía de sus compañeros policías, se ha montado en un carro para celebrar misas ambulantes de la ciudad amurallada. No obstante le ha tocado quitarse la sotana, ponerse su uniforme para combatir el crimen.
Atrapó al Diablito
Precisamente por estos días de cuarentena, tal como lo reseña Noticias Caracol, el cura luego de celebrar una eucaristía en el barrio San Fernando, un hombre apareció en medio de la calle con un arma de fuego en la mano, al parecer huía. “Iniciamos la persecución y logramos capturarlo y se encontró una pistola hechiza, un arma de fuego hechiza”, relató.
Se trataba de Luis David Lozano de Arcos, un joven de 24 años, a quien se le conoce con el alias del Diablito, uno de los más buscados en Cartagena por los delitos de fabricación, tráfico y porte de armas de fuego. Fue puesto a la orden de la Fiscalía.
Un llamado a los jóvenes
Según el parte policial, el delincuente huía porque habría protagonizado una riña con varios muchachos en el sector La Gloria del barrio Blas de Lezo, muy cerca al sector donde Cañizares ofició la misa.
El sacerdote ha hecho un llamado a los jóvenes para que “en medio de este aislamiento preventivo obligatorio” puedan hacer “un cambio en sus vidas, para que busquen otros caminos, no el de la violencia, toda vez que serán privados de la libertad y quedarán tras las rejas”.
Por esta acción, el presbítero ha recibido un reconocimiento de sus superiores de la Policía, mientras tanto seguirá montado en algún carro o patrulla para seguir llevando –como bien afirma– “a Jesús eucaristía en el santísimo sacramento en el altar, en todos los sectores de la ciudad”.
Foto: Caracol