“Hemos pecado contra la tierra, contra el prójimo y, en definitiva, contra el Creador”. En la audiencia general de este miércoles, jornada en la que se celebra el Día de la Tierra y se cumplen cinco años de la publicación de su encíclica ‘Laudato si”, el papa Francisco centró su catequesis en la importancia de la protección de la Casa común.
“La presente pandemia nos está enseñando que solo si estamos unidos y haciéndonos cargo los unos de los otros, podremos superar los actuales desafíos globales y cumplir la voluntad de Dios, que quiere que todos sus hijos vivan en comunión y prosperidad”, comentó el Pontífice, destacando cómo las personas estamos llamadas “a cuidar y respetar a todas las criaturas” y a tratar con “amor y compasión a nuestros hermanos y hermanas, especialmente a los más débiles”.
Francisco insistió una vez más en la necesidad de llevar a cabo una “conversión ecológica que se exprese en acciones concretas”. Pidió un “plan compartido” para acabar con “las amenazas a nuestra Casa común”, por lo que resultan “importantísimas” las conferencias internacionales sobre biodiversidad y cambio climático convocadas en Kunming (China) y Glasgow (Reino Unido).
Egoísmo del ser humano
Igualmente significativos son los eventos “a nivel nacional y local” que el Papa instó a celebrar, invitando a dar vida a “un movimiento popular desde abajo”. En particular celebró que “nuestros hijos salgan a la calle para enseñarnos lo que es obvio, es decir, que no hay futuro para nosotros si destruimos el ambiente que nos sostiene”.
El “egoísmo” del ser humano ha provocado que no cumplamos con “nuestra responsabilidad de custodios y administradores” de la Tierra. Por nuestra culpa, esta “ha sufrido un gran deterioro, la hemos dañado y saqueado; no la hemos sabido respetar ni cuidar, tampoco a nuestros hermanos y hermanas”. Las tragedias naturales, comentó Jorge Mario Bergoglio improvisando respecto al texto que tenía preparado, son “la respuesta” del planeta a nuestro maltrato.
