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José Luis del Palacio, tras su salida como obispo del Callao: “No me han dado razones”





El pasado 15 de abril, saltó la sorpresa cuando la Santa Sede informaba de que el papa Francisco había aceptado la renuncia del obispo del Callao, José Luis del Palacio y Pérez-Medel. El misionero español llevaba ocho años pastoreando esta diócesis peruana, desde que le nombrara para ello Benedicto XVI en enero de 2012. Nacido en Madrid en 1950, aún le quedaban cinco años hasta alcanzar los 75, edad con la que que todos los prelados han de presentar la preceptiva renuncia al Papa.



El propio Del Palacio sustituyó a su predecesor, Miguel Irízar Campos, cuando este renunció al cargo por alcanzar el límite de edad. Ahora, tampoco se ha nombrado un sucesor como tal, sino que el Papa ha optado por designar a un administrador apostólico, Robert Francis Prevost, obispo de Chiclayo.

“Perdón por mi carácter y mis pecados”

A falta de información oficial, se mantienen las dudas sobre los motivos que han forzado la salida de Del Palacio del Callao. Algunos medios locales han esgrimido que su pertenencia al Camino Neocatecumenal supuso un elemento de choque con el estilo pastoral de muchas comunidades locales. La propia Diócesis del Callao colgó en su web, a las pocas horas de hacerse oficial su salida, un vídeo en el que Del Palacio se despide de sus fieles y, tras ofrecer un emocionado agradecimiento, pide “perdón por mi carácter y mis pecados”.

Vida Nueva ha podido contactar con Del Palacio, quien, sin entrar en los pormenores de su salida, sí relata cómo no ha sido una petición propia y la premura con la que todo se ha dado: “A través de una carta de la Santa Sede, me comunicaron solamente que el Santo Padre pedía mi renuncia, sin mencionar las razones. Algunos días después de enviar mi respuesta expresando mi obediencia al Papa, el Sábado Santo en la tarde, a las puertas de la vigilia pascual, recibí la noticia”.

“Doy gracias a Dios –concluye– por los 44 años como misionero en Perú, donde llegué en el año 1976, el día 23 de marzo, festividad de santo Toribio de Mogrovejo, patrono de los obispos de América Latina. Fui ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en Lima en el 1985. Y he dedicado mi vida a la evangelización y promoción humana integral de los pobres. He sido obispo del Callao durante ocho años con el lema episcopal: ‘Ama y haz lo que quieras’”.

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