José María Gil Tamayo, obispo de Ávila, ha recibido el alta hospitalaria a primera hora de esta tarde, tras permanecer ingresado en el Hospital Nuestra Señora de Sonsoles desde el pasado 20 de marzo a causa del Covid-19. El prelado continuará ahora su tratamiento de coronavirus en su domicilio.
“José María, y unida a él toda la Diócesis de Ávila, quiere agradecer profundamente el interés y el cariño de cuantos han rezado por su recuperación y se han interesado por su salud durante este último mes”, ha explicado el obispado en un comunicado. Asimismo, “desea reconocer y dar las gracias públicamente por la extraordinaria labor, la entrega y los desvelos de todos los profesionales sanitarios del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles con todos los enfermos durante estos momentos tan duros de crisis sanitaria que estamos padeciendo”, han añadido.
La Iglesia de Ávila agradece “a todos cuantos se esfuerzan por paliar los efectos –del virus–, tanto a nivel sanitario como social y económico: instituciones, administraciones, fuerzas y cuerpos de seguridad locales y estatales, empresas, y ciudadanos solidarios que trabajan por el bien común de una sociedad dañada”.
Del mismo modo, el prelado quiere “mostrar su cercanía y cariño con todas las personas que padecen esta terrible enfermedad, así como con todas aquellas familias que han sufrido la pérdida de alguno de sus seres queridos”.
El obispo de Ávila fue el primer obispo contagiado en España. Desde entonces, otros tres han sido hospitalizados. El último, ayer mismo. El obispo emérito de Jaén, Ramón del Hoyo, fue ingresado en el Hospital Universitario de Burgos, donde reside, pues presentaba una neumonía a causa del Covid-19. Por su parte, tanto Manuel Herrero, obispo de Palencia, como Carlos López, obispo de Salamanca se recuperan ya en casa.