El 23 de abril es el día de san Jorge, un mártir con episodios legendarios que es recordado por todo el mundo como en Cataluña donde sant Jordi es una cita cultural obligada. La fuerza de esta devoción ha hecho que haya sobrevivido a algunas purgas de los calendarios litúrgicos. En este tiempo de confinamiento y coronavirus, su leyenda de lucha contra el dragón alienta las luchas diarias contra la pandemia.
El referente tradicional de este san Jorge, es el mártir del siglo IV Jorge de Capadocia –hoy Turquía–. Un soldado romano que practicaría su fe en secreto y fue descubierto durante las persecuciones del emperador Diocleciano en el año 303, la llamada precisamente “Gran persecución” cuyo primer objetivo fueron los cristianos enrolados en el ejército –aunque los arúspides eran incapaces de precisar en el destino una norma similar–. Sacrificio o pérdida de rango era la única alternativa para los creyentes militares. Las cifras de la persecución, como de la pandemia, no están muy claras.
Una leyenda con un dragón
Jorge fue torturado por desobediencia, y según su historia soportó el tormento con estoicismo y finalmente, fue decapitado por su traición al imperio. Aunque, más famosa que su martirio es la leyenda del dragón, que cuenta que el santo pasó a caballo por una ciudad que tenía que soportar la tiranía de un dragón que custodiaba la única fuente de agua de la zona. Los ciudadanos tenían la obligación de entregar al dragón a varias personas de la ciudad con cierta regularidad. Una de esas veces, le tocó a la hija del rey ser devorada por el dragón. La dejaron junto a la fuente, sola. En aquel momento pasó San Jorge por allí, mató al monstruo y rescató a la princesa, liberando a la ciudad de su castigo. Se dice que en el lugar donde se derramó la sangre de la bestia creció una rosa roja.
Esta hazaña llevó a que fuera patrón de Inglaterra durante muchos años, es el ideal del caballero medieval y la llamada “cruz de San Jorge” (roja sobre fondo blanco, a veces con los extremos rematados por flores de Lis) está presente en muchas banderas como la de Reino Unido o la de Cataluña. En tiempos de pandemia, la fuerza del bien venciendo al mal, acabando con los sacrificios anteriores y dando lugar a la belleza es también un reclamo, más allá de los legendario de la historia.
Hacerse fuertes ante la adversidad
Los devotos se han encomendado durante siglos a una imagen repetida para vencer el mal, la de san Jorge derrotando a espada al dragón que permanece bajo sus pies como la Virgen María con la serpiente del apocalipsis. Este objetivo de vencer el mal fue el que inspiró a los Caballeros de la Mesa Redonda o al fundador de los scouts, Baden Powell.
A san Jorge, dicen los scouts, “cuando se le presentaba una dificultad o un peligro por grande que pareciera –aún en la forma de un dragón- ni la esquivaba, ni la temía, sino que le hacía frente con todas sus fuerzas y las de su caballo”.