Vaticano

El Papa, a los obispos en plena crisis del coronavirus: “No seáis gestores de poder, estad con la gente”





El Papa ofreció hoy la eucaristía desde la capilla de Santa Marta por los educadores y sus alumnos, por la labor de la escuela en la pandemia del coronavirus. “Recemos hoy por los profesores, que tienen que trabajar tanto para dar sus clases a través de internet y otros medios”, apuntó al comienzo de la misa. En esta misma línea, expresó: “Recemos también por los estudiantes, que tienen que hacer sus exámenes”.



En la homilía, Francisco reflexionó en la homilía sobre la misión de los obispos, a quienes alertó de dejarse llevar por el poder y convertirse “en un administrador, un gestor de iniciativas pastorales”. “La estructura no hace la pastoral, sino el corazón de pastor”, defendió el Papa.

Signo de universalidad de la redención

Frente a ello, el Papa instó a los pastores para que trabajen con la mirada puesta en la gente, en el pueblo de Dios. Y lo hizo a partir del Evangelio de la multiplicación de los panes y las peces. “Una de las cosas que más amaba Jesús era estar con la gente, que es un signo de la universalidad de la redención. Curiosamente era algo que no les gustaba a los apóstoles, porque preferían estar con el Señor y escuchar todo lo que él les decía”, meditó en voz alta.

A partir de ahí, afirmó que Jesús “ponía continuamente a los apóstoles a prueba para educarles, para hacerles crecer y convertirlos en pastores del pueblo de Dios”.  Y lo hizo, convencido de que Cristo quería “formar el corazón de los pastores desde la cercanía con el pueblo. Sin embargo, ellos se sentían un grupo privilegiado, una aristocracia cercana al Señor”.

El ejemplo de los niños

“Por ejemplo, pensemos en el ciego de Jericó o en los niños. Los discípulos pensaban que los niños molestaban y Jesús les dijo que se los acercaran”, detalló el Papa. Aun así, reconoció que estar atento a las necesidades del pueblo de Dios “cansa, porque la gente siempre te pide algo concreto y debes responderles”.

“Una vez, un gran párroco de un barrio sencillo de mi diócesis tenía una casa normal y la gente llama a su puerta y a su ventana a cualquier hora. En algún momento me dijo que pensaba levantar un muro en la puerta y la ventana para que le dejaran descansar. Pero sabía bien que su misión era estar con la gente”, apuntó.

Francisco concluyó su homilía con una plegaria centrada en los obispos: “Pidamos hoy al Señor por los pastores de la Iglesia, para que nos hable siempre y nos diga cómo es la realidad y nos enseñe a no tener miedo del pueblo de Dios, a no tener miedo de estar cerca de ellos”.

 

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