El sacerdote jesuita Francisco de Roux durante la rendición de cuentas de su primer año como presidente de la Comisión de la Verdad ha dicho que la violencia que vive Colombia ha dejado más estragos que el propio coronavirus. Mientras que a la fecha el Covid-19 ha cobrado la vida de 206 personas, para el sacerdote jesuita el conflicto armado ha dejado 1.000.000 de personas asesinadas.
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
“La pandemia singular de Colombia, que es nuestro conflicto armado, tan tapado por el silencio de nosotros y para la cual no hay vacuna posible”, lamenta el presbítero al tiempo que asegura que el confinamiento que “estamos viviendo en nuestras casas y barrios apenas nos da una idea del confinamiento que han tenido que vivir cientos de comunidades indígenas y afro por cuenta de los grupos armados presentes en los territorios”.
No estigmatizar
Además ha hecho un recuento de los 166.000 desaparecidos y de los 190 desmovilizados de las FARC que han sido asesinados “creyendo en la paz”, por eso ha hecho un llamado al Gobierno de Iván Duque a tomar con mayor seriedad el recrudecimiento del conflicto armado, porque “es una situación de urgencia a la que se debe responder con grandes medidas para evitar seguir acumulando víctimas”.
También ha pedido a los colombianos no estigmatizar a las personas portadoras del Covid-19, comparando esta situación con quienes han sido estigmatizados durante años por su condición política.
“Esto permite entender a miles y miles que fueron estigmatizados como comunistas, enemigos internos o señalados como aliados de los paramilitares o como sapos”, ha señalado.