Una respuesta sencilla y diplomática, pero clara. El secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha publicado una reflexión en su cuenta de Twitter después de que durante estos días se haya iniciado una campaña que solicita retomar de inmediato las misas con fieles en plena crisis del coronavirus.
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“Crece el deseo del don de la Eucaristía”, medida en el tuit el portavoz de los obispos, que recuerda a renglón seguido de que “Cristo nunca nos deja, nunca está lejos, desde el bautismo la presencia de su vida, de su mismo Espíritu, se ha unido a nuestro espíritu”.
Crece el deseo del don de la Eucaristía. Cristo nunca nos deja, nunca está lejos, desde el bautismo la presencia de su vida, de su mismo Espíritu, se ha unido a nuestro espíritu y camina a nuestro lado dándonos múltiples gestos de su presencia y compañía si aprendemos a mirar.
— Mons. Luis Argüello (@MonsArguello) April 26, 2020
Es en este punto, cuando sin referirse explícitamente a las presiones recibidas por el Episcopado, recuerda que Jesús “camina a nuestro lado dándonos múltiples gestos de su presencia y compañía si aprendemos a mirar”.
“Dadnos misa”
Durante los últimos días, a través de redes sociales se han distribuido diferentes vídeos en las que algunos católicos se dirigen a los obispos españoles con un mensaje directo: “Dadnos misa”. En esta misma línea, en diversos episcopados también se ha movilizado a diferentes grupos religiosos para escriban cartas a los pastores en esta misma línea.
Prueba de que este ‘lobby’ de presión se ha dado por enterado del mensaje, es que la primera respuesta al tuit del también arzobispo de Valladolid es un ataque directo: “Los falsos pastores abandonan a sus ovejas. Bueno, Uds. no son pastores. Uds. son políticos jerarcas eclesiásticos”.
Se da la circunstancia que el real decreto del estado de alarma no prohíbe las celebraciones religiosas, pero si advierte de que en ellas se han de evitar las aglomeraciones. Sin embargo, dada la gravedad de la pandemia que ya ha provocado más de 23.000 muertes en nuestro país, la mayoría de las diócesis han cerrado los templos y prácticamente la totalidad -salvo excepciones como Alcalá o Jerez- han suspendido las eucaristías con la presencia de público.