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Venezuela entre la hiperinflación, falta de gasolina y de alimentos: un virus más letal que el Covid-19





“Ante la falta de ingresos, alimentos y gasolina en los hogares, se anticipa que se puede exacerbar la conflictividad social en tres semanas y que se rompa con las pautas de cuarentena”. Así lo ha advertido Janeth Márquez, directora nacional de Cáritas Venezuela en entrevista con Vida Nueva.



Desde el comienzo del coronavirus, la Iglesia venezolana a través de su red de Cáritas diocesanas y parroquiales aporta “servicios de apoyo a la prevención y contención de la epidemia y de compensar los impactos sociales que está teniendo su control” pese a la drástica reducción de un 60% de su personal y voluntarios que han debido confinarse obligatoriamente por razones de edad o de enfermedades asociadas a riesgos.

En un informe suscrito por el cardenal Baltazar Porras, presidente de este organismo, a la fecha contabilizan 43.000 personas beneficiadas con apoyos materiales directos y verificables. La red de Cáritas diocesanas y parroquiales llega a las 38 jurisdicciones eclesiales del país, donde han canalizado miles de ayudas.

Esperanza en medio de las vicisitudes

El trabajo pastoral que desarrollan en la actual coyuntura abarca jornadas de tamizaje casa por casa; entregas domiciliarias de sopas a familias muy vulnerables; un registro de población con necesidad de atención y en situación de dependencia como casas de abrigo para ancianos, centros de detención preventiva y personas en situación de calle, para dar atención y acompañamiento; distribución de kits de higiene; bancos de medicamentos.

Janeth Márquez es partidaria de la esperanza en medio de las vicisitudes, porque “en nuestras Cáritas se ha mantenido una atmósfera de optimismo, de esperanza y de no discriminación o estigmatización de los afectados”, para lo cual fomentan “valores fundados en la oración, la unidad nacional y la misericordia”.

Asimismo ha añadido que con el inicio del Covid-19 arrancaron una campaña de concientización sobre higiene y salud, cuyo alcance ha sido de 2.000.000 de personas. También han iniciado un proceso de formación virtual “Cáritas 2020” en el que abordan principios de saneamiento del agua e higiene.

Estar bajo presión

Venezuela es una bomba de tiempo. La hiperinflación sigue indetenible, porque “las cadenas de suministros de productos esenciales como alimentos, medicinas y productos de higiene están bajo presión”, ha explicado Márquez en referencia a la alta demanda y restricciones de movimiento que tiene como resultado “escasez de productos básicos de limpieza e higiene personal y un alza de precios”.

“Si los  trabajadores del campo dejan de tener acceso al combustible, podría reducirse la producción de alimentos. La producción nacional también podría verse afectada por la disminución de importaciones y la interrupción de las cadenas alimentarias internacionales”, aseguró.

En el país petrolero la falta de gasolina se ha hecho sentir, la directora de Cáritas Venezuela asegura que el desabastecimiento de combustible ronda el 95%, a eso se le suma que para poder surtirse deben contar con un salvoconducto, todo ello complica la movilidad de los actores humanitarios, porque en esta coyuntura más del 60% de las Cáritas locales “no cuenta con salvoconducto para moverse”.

Riesgos latentes del coronavirus

“El coronavirus no vino a traer el problema del deterioro de la vida de la gente, lo que vino fue a empeorar”, sentenció Márquez. De hecho la situación para las comunidades más vulnerables de por sí terrible, producto de la crisis prolongada de hace más de 4 años, ahora es crítica.

Para algunos grupos irregulares o colectivos afines a Nicolás Maduro esta ha sido la ocasión para controlar algunas zonas populares, implementando toques de queda y terror entre la población. Esto impide la movilidad de los agentes pastorales y, por ende, miedo entre quienes de buena fe quieren ayudar.

Si bien –según datos de la Asamblea Nacional– 42% de la población cumple hoy la cuarentena, sin embargo el 90% de la población reconoce la no disponibilidad de recursos para subsistir más allá de una semana, lo que hace que la gente rompa la cuarentena y se ponga en peligro.

La funcionaria aseveró que también la población sufre ante la falta de acceso al agua potable y la adquisición de artículos de limpieza e higiene por sus altísimos costos. Incluso antes de la pandemia, “el Programa Mundial de Alimentos registró que 40% de los hogares venezolanos carecen de acceso a agua continua en frecuencia diaria y que el 25% no cuenta con un acceso sostenible a agua potable”, ha dicho.

Cifras bajo la lupa

Cuando el país a la fecha solo registra 323 casos confirmados y 10 muertes, para la directora de Cáritas en ello inciden varios factores como el poco tráfico aéreo, la poca movilidad entre estados, además del efecto de las medidas de distanciamiento social e higiene emanadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y en la que diversos sectores incluida la propia Iglesia han ayudado a difundir.

No obstante en Venezuela se cuenta con un solo registro oficial sobre las cifras de infectados, inclusive médicos y periodistas han sido objeto de persecución por cuerpos de inteligencia del Estado al tratar de revelar cifras distintas a las que da el régimen.

Márquez ha explicado que algunos expertos aseguran que las cifras como tendencia no son tan cercanas a las oficiales, por ello han hecho “una estimación prudente tomando en cuenta la lentitud según datos oficiales del virus en Venezuela (5% de prevalencia, aunque este comportamiento es totalmente diferente a cualquier otro país) y proyectan que pudiéramos tener más de 100.000 personas contagiadas”.

Todo ello significaría una necesidad sanitaria importante habida cuenta de la crisis prologada que “hemos venido viviendo en el pasado inmediato”,  sin embargo “son solo proyecciones que estamos analizando sobre todo para ver cómo podríamos ayudar en caso que esta hipótesis se cumpla”, aclaró.

Eventos violentos a puertas

Por ahora Nicolás Maduro ha emprendido una arremetida tenaz contra la principal productora de alimentos: Empresas Polar. Esto sin duda llevará a mayor escasez de comida. Estudios de Cáritas revelan que “sólo un 20% de la población sigue teniendo acceso adecuado a alimentos, mientras que el 80% está por debajo del límite mínimo de ingesta de calorías y proteínas”.

Sin dinero, sin gasolina y con una dependencia del 75% de alimentos importados, sumado a la dificultad de pequeños productores de sacar sus cosechas de poblados rurales y los bajos precios del petróleo, son factores que a juicio de la directora de Cáritas Venezuela “podrían agravar la conflictividad social y producir eventos violentos que agudizarían la posibilidad de mitigación al virus”.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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