Donald Trump cree que es “el mejor presidente en la historia de la Iglesia católica”. Así al menos se lo hizo saber a los más de 600 participantes en una conferencia telefónica de líderes y educadores católicos celebrada el pasado sábado 25 de abril, en la que, tal como recoge Crux, el presidente de Estados Unidos señaló que, temas como el aborto y la libertad religiosa, de cara a las próximas elecciones presidenciales, “nunca han sido más importantes para la Iglesia”.
Durante su intervención, Trump en repetidas ocasiones en su apoyo al movimiento pro vida y la elección de la escuela, recalcando lo que podría suponer su reelección en contraste con la de una presidencia demócrata para los católicos. Así, subrayó que su intervención en la causa pro vida “ha estado en un nivel que ningún otro presidente ha visto antes”. “Solo digo lo que todo el mundo dice”, añadió, citando el hecho de que fue el primer presidente en funciones en hablar en persona en la Marcha por la Vida, el pasado mes de enero.
Además, agradeció a los educadores católicos sus “esfuerzos en el aprendizaje a distancia durante la pandemia, así como por el apoyo espiritual que están brindando a las familias”. Recordando su propia experiencia, ya que creció junto a una parroquia católica y una escuela en Queens, Nueva York, el presidente definió a la educación católica como “una fuente de fortaleza, esperanza y oportunidad para las comunidades de todo el país”.
Sin embargo, Trump utilizó también su intervención para recalcar los “logros económicos” de su administración, señalando que antes de la pandemia del coronavirus “era responsable de la mayor economía de la historia del país”, con los “mejores números” para afroamericanos, hispanos, asiáticos, y mujeres, hasta que el coronavirus “golpeó injustamente a la economía”.
Asimismo, subrayó que la propagación del virus “podría haberse detenido mucho antes” si se hubiera “detenido en su fuente… y todos saben a qué me refiero cuando digo eso”.