El obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez, se ha sumado a las voces que, dentro de la Iglesia –entre ellas, la del papa Francisco–, reclaman un “salario universal para los trabajadores pobres o en situaciones de dificultad”. Lo ha hecho por medio de una carta pastoral con motivo de la fiesta de San José Obrero, el próximo 1 de mayo. “Esta carta se la dirijo, con un especial afecto, a todos los trabajadores y trabajadoras que, día a día, sostienen la vida de la sociedad”, ha señalado Rodríguez.
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
“El trabajo es una de las expresiones de la dignidad humana. Todo hombre y mujer tiene derecho al trabajo”, apunta el prelado, basándose en la Doctrina Social de la Iglesia. “Esto supone que el trabajo ha de estar a la altura de quienes lo realizan, por tanto, ha de ser siempre digno en todas formas de contratación y, por supuesto, siempre ha de ser un trabajo decente”, añade, consciente de que “por desgracia, estas condiciones no siempre se dan”.
“Unas veces por los altos índices de paro” continúa, y, otras veces, ocurre que, “por necesidad, algunos no tienen más remedio que aceptar, produciéndose violaciones flagrantes de indecencia en el trabajo humano”. Por ello, Rodríguez subraya que “en el trabajo hay muchísimo que mejorar”.
Atención a los jóvenes
Asimismo, Rodríguez señala que, este año, la Iglesia “quiere hacer oír su voz”, por tratarse de unos momentos en los que, a causa de la pandemia por el Covid-19, “se ha iniciado una gran crisis económica mundial sin precedentes, que naturalmente afecta a España y, en especial, a las franjas en las que el paro tiene uno de los índices más altos, es decir, en los jóvenes”.
“Desde la Iglesia pedimos que, en la solidaridad colectiva que en estos momentos se está generando, no se olvide nunca a los más perjudicados y se tomen a favor de ellos soluciones preferenciales”, añade el obispo. Para ello, se hace necesario “un salario universal para los parados y trabajadores pobres, mientras no podamos llegar a lo que es el deseo fundamental: que haya trabajo para todos”.