“Querido papa Francisco, me llamo Marco Rega, tengo 12 años, vivo en Turín y voy a la escuela secundaria Dante Alighieri Kennedy. Fui un bebé prematuro, nacido a las 27 semanas y que sólo pesaba 600 gramos. Estuve en el hospital durante 6 meses antes de poder ir a casa con mamá y papá. Además, el oxígeno que me mantuvo vivo provocó el desprendimiento de la retina y a pesar de varias operaciones, cuando aún estaba en el hospital, no se resolvió el problema y quedé ciego de ambos ojos…”. Así empieza la carta de este muchacho de la capital del Piamonte (Italia) dirigida al papa Francisco y que ha conmovido al Pontífice.
El joven Marco escribió al papa Francisco un carta contándole su experiencia vital y su afición por la música. También, según pública el periódico local La Stampa, cómo la fe le ha hecho no rendirse en la vida: “Todos los domingos escucho la conexión con la Plaza de San Pedro [para el ángelus] y tengo un gran deseo, el de conocerte en persona”, señala.
La respuesta vino en forma de llamada el miércoles de la semana pasada, el 22 de abril, cuando el pontífice habló por teléfono durante 10 minutos con el chico. “El teléfono sonó, la pantalla decía ‘desconocido’ y por un segundo estuve tentada de colgar. Pero al final no pude resistirme y respondí a esa llamada. Una voz extranjera habló y, después de un breve momento, me dijo que me pasaría al Papa. Pensé que era una broma”, relata la madre, Angela Pareti, al diario.
Luego, prosigue, “entendí que no era una broma porque mientras hablaba con Marco le felicitó por cómo estaba escrito y citó contenidos que sólo nosotros y él podíamos conocer. Fue emocionante”. “Marco estaba tan entusiasmado y emocionado, estaba tan feliz y conmovido, el papa Francisco realmente nos dio un gran regalo”, comenta.