El Papa pide “prudencia y obediencia” a los ciudadanos ante la desescalada del coronavirus

El Papa pide “prudencia y obediencia” a los ciudadanos ante la desescalada del coronavirus

“En este tiempo en el que se comienza a tomar medidas para salir de la cuarentena, oremos para que el Señor dé a su pueblo, a todos nosotros, la gracia de la prudencia y la obediencia a estas disposiciones, para que la pandemia no regrese”. Con esta petición, el Papa comenzó esta mañana la eucaristía en la misa cotidiana que presidió en la capilla vaticana de Santa Marta.



Durante la homilía, Francisco partió del martirio de san Esteban para alertar de cómo “noticias falsas, calumnias que encienden al pueblo y le llevan a pedir justicia, llegan a ser a un verdadero linchamiento que acaba en un juez para que dé forma legal cuando ya alguien ha sido juzgado previamente”.“Es una bestialidad”, aseveró.

Crear falsa jurisprudencia

Hoy en algunos países, cuando quiere hacer un golpe de estado o echar a un político, se hace esto: noticias falsas, calumnias… Y después cae en manos de un juez al que le gusta crear jurisprudencia desde este positivismo”, alertó el Papa.

En este sentido, llegó a afirmar que esta misma práctica se utilizó tanto en el holocausto judío como “con los mártires de hoy”. “Pensemos en Asia Bibi: diez años de cárcel porque ha sido juzgada por una calumnia ante un pueblo que quería la muerte”, formuló sobre el calvario vivido por esta cristiana paquistaní acusada falsamente de blasfemia.

Nuestros comentarios

“En esta avalancha de noticias falsas para crear opinión, muchas veces no se puede hacer nada”, lamentó el Obispo de Roma. Sin embargo, sí apelo a la responsabilidad de cada uno, “en nuestra lengua, en nuestros comentarios”: “Sabemos que hay un pequeño linchamiento cotidiano, que busca condenar a la gente, crear una mala fama en las personas para condenarla, es ese linchamiento pequeño de cada día, de los rumores…”.

Frente a ello, Francisco hizo una defensa de la verdad. “La verdad no tolera las presiones. Miremos a Esteban, el primer mártir después de Jesús. Pensemos en tantos mártires, incluso el de hoy, san Pedro Chanel. Y pensemos en nosotros, en nuestra lengua. Tantas veces con nuestros comentarios comenzamos un linchamiento de nuestro tipo”. “Que el Señor nos enseñe a ser justos en nuestros juicios, a no comenzar o seguir estas condenas macizas que provocan las habladurías”, deseó al final de la homilía.

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