El final del confinamiento cada vez está más cerca de medida que las cifras de infectados por coronavirus se van estacando. Con la mirada puesta en la desescalada el arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, dedica su carta semanal ‘Un camino de sentido’ a esta cuestión. Y es que, recuerda Osoro, “aunque se suspendió el culto, respetando absolutamente la normativa que dio el Gobierno de España, las puertas de nuestras Iglesias han estado abiertas”.
El cardenal repasa las labores de la Iglesia a través de Cáritas o el ministerio de los sacerdotes y laicos que “han sido capaces de hacer ver que es inmoral atentar contra la vida de los otros y por ello han tenido, con dolor, que estar alimentando a la comunidad cristiana de otros modos, han sido creativos”.
“Los obispos de España estamos viendo cómo emprender la desescalada en conversaciones con el Gobierno de la nación y, en mi caso, con el Gobierno autonómico. Después, en nuestra archidiócesis de Madrid daremos la normativa necesaria para que a nadie le falte la atención a la que, como cristiano, tiene derecho, sabiendo que su derecho, en este tiempo de pandemia, no puede atentar contra la vida de nadie”, apunta.
El cardenal hace una llama da de atención a que “la crisis sanitaria trae una crisis económica y, como consecuencia, una crisis social: muchos se están quedando sin trabajo, otros sin casa donde vivir”. Y señala que “entre las obras y servicios residenciales de Cáritas hay casi 1.500 personas albergadas”. Por ello pide a todos “hacer un esfuerzo y ser creativos y generosos con quienes se quedan sin casa, sin nido” o sufren otras problemáticas.