El Vaticano, por medio del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, ha enviado un mensaje a los musulmanes de todo el mundo para felicitar el mes del Ramadán. La misiva, bajo el título ‘Cristianos y musulmanes: juntos para proteger los lugares de culto’, reflexiona sobre la importancia de este mes para el islam, como un “tiempo para la curación espiritual y el crecimiento, para compartir con los pobres, para fortalecer los lazos con familiares y amigos”.
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“Para nosotros, sus amigos cristianos, es un momento propicio para fortalecer aún más nuestras relaciones con ustedes”, señala el texto, firmado por el presidente del Pontificio Consejo, el cardenal Miguel Ángel Ayuso, y por el secretario del mismo Consejo, Indunil Kodithuwakku Janakaratne Kankanamalage, antes de dar paso a la reflexión acerca de la importancia de salvaguardar los lugares de culto de las distintas religiones.
“Tanto para cristianos como para musulmanes, las iglesias y mezquitas son espacios reservados para la oración, tanto personal como comunitaria”, y, para ello, “están construidos y amueblados de una manera que favorece el silencio, la reflexión y la meditación”. Son, además, “espacios para la hospitalidad espiritual, donde los creyentes de otras religiones también se unen para algunas ceremonias especiales como bodas, funerales, fiestas de la comunidad, etc.”. Esta práctica es, por ello, “un testigo privilegiado delo que une a los creyentes”, más allá de las diferencias de cada religión.
Cooperación entre religiones
A este respecto, el mensaje incide en las palabras del Documento para la Fraternidad Humana, firmado por el Papa Francisco y el Gran Iman de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, en Abu Dhabi, el 4 de febrero de 2019, donde se afirma que “la protección de los lugares de culto – sinagogas, iglesias y mezquitas – es un deber garantizado por las religiones, los valores humanos, las leyes y los acuerdos internacionales. Todo intento de atacar lugares de culto o amenazarlos con ataques violentos, bombardeos o destrucción es una desviación de las enseñanzas de las religiones, así como una clara violación del derecho internacional “.
Asimismo, el Vaticano añade que, si bien aprecia “los esfuerzos realizados por la comunidad internacional en diferentes niveles para la protección de los lugares de culto en todo el mundo”, espera que la colaboración entre religiones “ayuden a fortalecer los lazos de amistad sincera y permitan a nuestras comunidades salvaguardar el lugares de culto para asegurar a las generaciones venideras la libertad fundamental de profesar las propias creencias”.