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Jorge Lozano: “No podemos aceptar que siempre pierdan los pobres”

 





Jorge Lozano, miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, en la misa del 1º de mayo, resaltó la figura del padre de Jesús y las menciones que sobre él figuran en las escrituras. Durante la celebración, transmitida desde el mismo Arzobispado por facebook, bendijo barbijos que la Acción Católica donará barbijos a FunDaMe, que asiste a chicos y jóvenes en tratamiento de cáncer y hemofilia.



El Arzobispo de San Juan también comentó que, tanto las doctrinas como las prácticas del comunismo y liberalismo, quitaron del centro de atención al ser humano. Si bien, capital y trabajo deben procurar relaciones de complementariedad, hay que reafirmar “el principio de la prioridad del trabajo frente al capital“,  citado en la Encíclica Laborem Exercens (14), del Papa Juan Pablo II.

Para el obispo, la sociedad no debe estructurarse en base a los números y tampoco aceptar que la riqueza quede en manos de unos pocos. “Esto es una ofensa al plan de Dios. No podemos aceptar que siempre pierdan los pobres, y la riqueza siga blindada en pocos lugares del planeta.”, exclamó.

Francisco y sus referencias al trabajo

Lozano recordó que en 2015, en el encuentro que el Papa tuvo con los movimientos populares en Bolivia, enseñó que la distribución justa de los frutos de la tierra y el trabajo humano es un deber moral. “Para los cristianos, la carga es aún más fuerte: es un mandamiento”. Francisco también señaló que “Se trata de devolverles a los pobres y a los pueblos lo que les pertenece”. “Los planes asistenciales que atienden ciertas urgencias sólo deberían pensarse como respuestas pasajeras, coyunturales. Nunca podrían sustituir la verdadera inclusión: esa que da el trabajo digno, libre, creativo, participativo y solidario”.

En la reciente Exhortación Apostólica “Querida Amazonia”, el titular de San Juan, evocó las palabras del Pontífice en las que denuncia que “la disparidad de poder es enorme, los débiles no tienen recursos para defenderse, mientras el ganador sigue llevándoselo todo” (QA 13), quien recordaba, a su vez, la enseñanza de Pablo VI (1967): “los pueblos pobres permanecen siempre pobres, y los ricos se hacen cada vez más ricos” (Populorum Progressio, 57).

La conversión necesaria

El arzobispo, preocupado por el futuro incierto que plantea la pandemia, reconoció que por la pérdida de los puestos de trabajo, en los barrios se percibe la cantidad de familias que caen bajo la línea de la pobreza. Para muchos, esto significa una grave consecuencia: “no comer, no atender la salud, no acceder a una vivienda digna”.

Por eso, pidió rezar en este día por un mundo más justo y solidario. “Es imperioso recorrer caminos de conversión social, económica, política y ecológica. El cambio no será producto de la magia, sino del compromiso firme con la justicia y la solidaridad”, sentenció.

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