Los obispos de la Amazonía y Orinoquia colombiana han advertido que de seguir el aumento progresivo de contagios y personas fallecidas por el coronavirus, especialmente en pueblos en aislamiento y/o en contacto inicial, “creemos que estaríamos ad portas de un etnocidio indígena causado por la pandemia”.
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Los prelados demandan a las autoridades “una respuesta inmediata para afrontar esta crisis”, por ello “se hace necesario replantear el sistema sanitario de estos territorios de la periferia colombiana” y “no exageramos”, aseguran.
Diálogo entre Gobierno e indígenas
En virtud de esta delicada situación, hacen un llamado a un diálogo entre el Gobierno Nacional y las estructuras de gobierno indígena en cada zona a fin de activar el “Plan de acciones Urgentes en los territorios y pueblos indígenas para la mitigación de la pandemia Covid-19 y para el autocuidado propio”, tal como lo ha pedido la Organización de Pueblos indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC).
Estas medidas de protección y prevención –señalan los obispos– deberán “tener en cuenta la diversidad cultural y los saberes indígenas. Por lo tanto, consideramos necesario contar para todo ello, con la participación de las organizaciones indígenas y populares e implementar una estrategia que asegure alimentos y productos de higiene y limpieza”.
Cumplir los acuerdos de paz
Otro de los flagelos de estas zonas es el de la violencia, por ello “nos adherimos al llamado de la Conferencia Episcopal Colombiana, en su comunicado del 30 de abril, a detener la dinámica de la violencia y del narcotráfico con las que sólo se consiguen sufrimiento, pobreza y muerte”.
Al mismo tiempo han invitado al Gobierno nacional “a hacer todos los esfuerzos para avanzar en la implementación de los acuerdos de paz, que daría un respiro y una esperanza al país y en general a las comunidades tan azotadas por las violencias”.
“Lamentamos que en este tiempo de pandemia, continúen los asesinatos de líderes y lideresas sociales; a la vez, rechazamos todo acto violento que atenta contra la vida. Pedimos acciones urgentes de las autoridades, para tomar las medidas necesarias que permitan frenar esta realidad dolorosa”, ha señalado.
La caridad no descansa
A pesar de la suspensión de las celebraciones comunitarias de la fe en los templos, han animado “a fortalecer la Iglesia doméstica en cada hogar y estar atentos a las violencias intrafamiliares que se puedan presentar”.
“Vivamos este tiempo sintiéndonos especialmente solidarios y siendo cercanos a los más necesitados, socorriéndoles desde lo que nos permite el aislamiento social establecido”, han exhortado.
En tiempos de coronavirus “la Iglesia sigue viva y su caridad no descansa”, por ello han anunciado que “estamos poniendo a disposición de las autoridades sanitarias nuestros espacios físicos. Desde las Pastorales Sociales vicariales y parroquiales, continuamos ofreciendo nuestros recursos humanos y económicos para aliviar esta crisis”.