El cuarto domingo de Pascua, que se celebra hoy, 3 de mayo, está dedicado a Jesús el Buen Pastor. Es, además, la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. “El Señor nos llama por nuestro nombre, nos llama porque nos ama”, ha recordado el Papa en el Regina Coeli, “sin embargo, dice el Evangelio, hay otras voces que no deben seguirse: las de extraños, ladrones y ladrones que quieren el mal de las ovejas”.
Estas voces, tal como ha señalado Francisco, pueden ser la de Dios, “que amablemente habla a la conciencia” y la “voz tentadora que conduce al mal”. La gran diferencia: la de Dios “nunca obliga, propone, no se impone”; en cambio, “la mala voz seduce, ataca, fuerza. Despierta ilusiones deslumbrantes, emociones tentadoras pero pasajeras”.
Asimismo, el Papa ha subrayado que “la existencia cristiana es total y para siempre una respuesta al llamado de Dios”, en cualquier estado de la vida. Este día, por ello, “recuerda lo que Jesús dijo una vez que el Reino de Dios requiere mucho trabajo, y debemos orar al Padre para que envíe trabajadores (cf. Mt 9, 37-38)”. Además, “el sacerdocio y la vida consagrada requieren coraje y perseverancia; y sin oración uno no sigue este camino”.
Después de la oración del Regina Coeli, Francisco ha expresado su cercanía a los enfermos de Covid-19, así como a aquellos que se dedican a su cuidado y a “todos aquellos que, de alguna manera, sufren la pandemia”. “Al mismo tiempo”, ha apuntado el Papa, “deseo apoyar y alentar la colaboración internacional que se está llevando a cabo con diversas iniciativas para responder de manera adecuada y efectiva a la grave crisis que estamos experimentando”.
Y es que, para Francisco, resulta de vital importancia “reunir las habilidades científicas, de manera transparente y desinteresada, para encontrar vacunas y tratamientos y garantizar el acceso universal a tecnologías esenciales que permitan a todas las personas infectadas, en todas partes del mundo, recibir la atención médica necesaria”.
“Acabamos de comenzar mayo, el mes mariano por excelencia durante el cual a los fieles les encanta visitar los santuarios dedicados a la Virgen”, ha recordado. Sin embargo, este año, debido a la situación sanitaria, la forma de acudir a estos lugares de fe y devoción será “espiritual”, para “colocar nuestras preocupaciones, expectativas y planes para el futuro en el corazón de la Santísima Virgen”.
“Y como la oración es un valor universal”, ha apuntado Francisco, “acepté la propuesta del Alto Comité para la Fraternidad Humana para que los creyentes de todas las religiones se unan espiritualmente en un día de oración y ayuno el 14 de mayo, para implorar a Dios que ayude la humanidad para superar la pandemia de coronavirus”.