Con el inicio del mes de la familia, el pasado domingo 3 de mayo –que se extenderá hasta el 14 de junio–, el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Óscar Urbina Ortega, arzobispo de Villavicencio, ha propuesto cuatro claves para redescubrir la misión evangelizadora, formativa y protectora de los hogares en medio de la pandemia por el Covid-19.
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“En esta circunstancia tan especial, en la que hemos rescatado el hogar como primer espacio de acogida, acompañamiento y protección de la vida, en nuestras parroquias dedicaremos este mes de mayo y hasta la mitad de junio unos encuentros”, ha motivado Urbina Ortega a través de un video-mensaje difundido por la CEC.
1. Fortalecer la concordia con una esperanza renovada
La primera recomendación de los obispos consiste en fortalecer la concordia en los hogares con una esperanza renovada. “Cada uno puede ser mejor papá, mejor mamá, mejor hermano, mejor hijo, después de esto que estamos viviendo”, apuntó el presidente de la CEC al tiempo que invitó a “caminar hacia el horizonte de un mejor entendimiento y de una mejor comprensión“.
2. Valorar las riquezas y los dones de cada hogar
En segundo lugar, la Iglesia colombiana pide a cada colombiano volver la mirada al interior de su hogar, a su propio corazón, para valorar las riquezas y los dones que Dios le ha dado, “lo positivo de sus papás, de su esposo o esposa, de sus abuelos, hijos o hermanos”. De este modo, Urbina Ortega confía que será posible “ver y reconocer cuánta bondad, paciencia, valentía y fe existe en cada uno, llevando adelante ese tesoro que Dios les ha dado para ser luz para los otros“.
3. Mirar las otras familias y acompañarse
La tercera clave para vivir el mes de la familia tiene un talante de servicio misionero. “Miren las otras familias, (incluso dentro de) cada una de sus propias familias, donde podrán dar un consejo, escuchar, acompañar y consolar a otras familias“, exhorta el presidente de la CEC.
4. Confiar a la Virgen cada hogar
La última recomendación apela al valor de la oración y de la intercesión mariana, particularmente a través del rezo del Santo Rosario en familia. “Como madre ella fue parte de la familia más maravillosa, sencilla, trabajadora… familia de oración“. El arzobispo de Villavicencio concluye implorando “que el amor de ella los acompañe, los bendiga, los ayude a hacer esta valoración (…) para hacer que en el futuro nuestros hogares sean mejores”.
El lema de esta iniciativa de la Iglesia colombiana apela a la tradicional dedicación de mayo como el mes de la Virgen María: “Con María hacemos experiencia de familia doméstica”. Para ello, el Departamento de Matrimonio y Familia de la CEC ha dispuesto de algunos subsidios en torno a la reconciliación y al perdón, a la figura de la madre como reflejo de la ternura de Dios, a la percepción de los hijos como don de Dios, a la paternidad como fuente del amor recíproco, lo mismo que a la vejez y a la familia extensiva, entre otros.