La Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) ha anunciado la reapertura paulatina y progresiva de los templos en el país mientras dure la emergencia por el coronavirus, tras lograr “avances y algunas definiciones concertadas” sobre los protocolos de bioseguridad con la comisión técnica y científica del Gobierno.
Para ello han propuesto hacerlo en 2 fases “conforme a la semaforización del país a nivel de provincia, cantón, parroquia y la respectiva autorización de las autoridades locales”, han dicho los obispos en un comunicado.
Los prelados han aclarado que durante estas fases “no habrá misas, procesiones ni ningún otro acto masivo de expresión de fe” y “no podrán asistir a ninguna de las fases por el momento mayores de 60 años, niños de hasta12 años y personas con enfermedades preexistentes”.
Además quedan suspendidas hasta nuevo aviso “todas las actividades parroquiales, como catequesis, cursos, reuniones de comunidades y grupos”, las cuales “seguirán haciéndose en línea”.
“Reiteramos la invitación a que sigan participando de las misas de manera virtual, en línea, y, así, fortaleciendo su pertenencia al Pueblo Santo de Dios reunido alrededor de la Mesa del Altar”, han acotado.
La fase 1 iniciará los últimos días de mayo en aquellas zonas con semáforo rojo y semáforo amarillo. En este periodo los templos se abrirán solamente para “orar con ingreso de 1 persona, con aforo controlado, desinfección en la entrada, tiempos limitados de oración de 20 minutos por persona y distancia de 1,5 metros, con bancas marcadas”.
Se podrá administrar el sacramento de la confesión en el templo o en otro lugar “lo suficientemente amplio, con aforo controlado, con desinfección en la entrada y a una distancia de 1,5 metros, con bancas marcadas” y, en este caso, “los sacerdotes estarán protegidos por protocolos de bioseguridad”.
La fase 2 estará disponible a partir de junio para las zonas con semáforo amarillo y verde. Se mantienen los protocolos de bioseguridad de la primera fase, pero en esta se podrá recibir la comunión sin misa.
Los obispos han señalado que se dará la comunión “solamente para quien lo solicitare, siguiendo todos los protocolos de bioseguridad establecidos tanto para el feligrés como para el ministro que distribuye la comunión”, lo que incluye “utilización de guantes y desinfección de manos”.
“Este camino exige, de parte de todos, un alto grado de responsabilidad y disciplina. Así podremos garantizar que nuestros Templos sean lugares seguros. Volveremos a nuestro Templo, a nuestra casa, con responsabilidad”, finalizaron.
Foto: CEE