“Si no tenemos la conciencia de pertenencia a un pueblo, seremos cristianos ideológicos con una doctrina, una moral y una ética conformada por un conjunto de afirmaciones, pero no seremos crisitanos”. Es la advertencia que lanzó esta mañana el Papa durante la eucaristía matutina de Santa Marta.
En su homilía, Francisco expuso cómo la relación de la humanidad con la transcendencia es “una historia de amor, una historia de promesa”. “Hay una historia de Dios con su pueblo. El cristianismo no es solo una doctrina, no es solo lo que creemos, sino una historia”, detalló.
Desde esta mirada, alertó que “el cristianismo no es una elite de personas elegidas, un sentido elitista que después desarrolla la Iglesia porque considero que pertenezco a un movimiento o a una institución y por eso me creo mejor que el tuyo”. Es más, para Francisco esta perspectiva lleva a considerar erradamente que “los demás irán al infierno y, si se salvan, es por la misericordia de Dios, pero están descartados”.
“Si nosotros no tenemos una conciencia de pertenencia a un pueblo, no somos realmente cristianos”, insistió, que reivindicó una de las expresiones de referencia en su pontificado -“el santo pueblo fiel de Dios”- para defender que “el cristianismo es pertenecer a un pueblo elegido gratuitamente”. Incluso echó mano de los concilios Vaticano I y Vaticano II para defender cómo recogen que el pueblo “en su totalidad tiene el sentido de la fe y es infalible en este modo de creer”.
Francisco fue más allá: “Si alguien me preguntase, cuál es para mí la desviación más peligrosa del cristiano hoy y siempre; sin dudarlo le diré que es la falta de memoria de pertenencia a un pueblo. Cuando falta esto, vienen los dogmatismos, los moralismos, los eticismos, los movimientos elitistas… Pero falta el pueblo”.
El Papa reconoció que la Iglesia como tal es “un pueblo pecador, todos los somos, pero que no yerra en general y tiene el olfato de ser el pueblo elegido y camina detrás de una promesa. Tal vez no cumple, pero sigue adelante en la alianza y pedir al Señor esta conciencia de pueblo”. Por eso, animó a los cristianos a “pedir al Señor la conciencia de pueblo que la Virgen ha cantado bellamente en el Magníficat y que Zacarías ha entonado en el Benedictus”.
Una vez más, el Papa encomendó a los artistas en la eucaristía durante este tiempo de pandemia. “Ayer recibí una carta de un grupo de artistas agradeciendo la oración que hicimos por ellos en esta misa”, explicó Francisco al iniciar la celebración. “Quisiera pedirle al Señor que los bendiga, porque los artistas nos hacen comprender la belleza. Sin lo bello, el cielo no se puede comprender”, planteó.