Los obispos catalanes, que están integrados dentro de la Conferencia Episcopal Tarraconense, han celebrado su última reunión, la número 235, en la que la pandemia por el coronavirus ha esta en el centro de las discusiones. Este último encuentro de los prelados se ha desarrollado de forma telemática.
Los prelados no se han mostrado ajenos a las dificultades que están atravesando algunas comunidades parroquiales en materia económica debido al freno de la actividad celebrativa y pastoral que ha supuesto la cuarentena, así como el aumento de la demanda de ayudas sociales. En el comunicado hecho público tras finalizar el encuentro, se apunta que han abordado “diversas cuestiones relativas al sostenimiento económico de las parroquias durante este periodo de confinamiento y también de cara al futuro inmediato”.
En la nota informativa sobre el encuentro, los prelados “valoran mucho el trabajo que las Cáritas diocesanas llevan a cabo estos días, así como todos los servicios caritativos de las parroquias y centros de atención a los necesitados, con una dedicación preferente a los ancianos y enfermos, así como los niños y las familias vulnerables”, señalan.
Además han adoptado las medidas aprobadas por el comité ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española para la desescalada en las diferentes fases de vuelta a los templos. Por ello, confirman, “en las diez diócesis con sede en Cataluña, los obispos han dado ya o darán estos próximos días las indicaciones para llevar a cabo las celebraciones sacramentales del Bautismo, Confirmación, Primeras Comuniones, Penitencia y Matrimonio, con prudencia pastoral y en diálogo con los interesados y las familias”.