“Nos preocupa que varios estados estén utilizando la crisis Covid-19 como pretexto para suspender los derechos humanos de las personas desplazadas. La crisis de Covid-19 no conoce fronteras; por lo tanto, Europa debe liderar con el ejemplo y defender los derechos de los refugiados y las personas desplazadas en sus fronteras internas y externas”. Así ha expresado Cáritas Europa, en una declaración conjunta con otros 50 actores de la sociedad civil, su preocupación ante las consecuencias que el coronavirus pudiera acarrear en los trámites de asilo.
Por ello, han pedido a los Estados miembros de la UE que permitan a las personas que buscan protección internacional “acceder al registro de asilo a pesar del cierre de fronteras, y que se abstengan de retrocesos sumarios ilegales para mantener el acceso al asilo y el principio de no devolución, de acuerdo con Orientación emitida por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados”.
Esto incluye, además, “salvaguardar el derecho a la vida en el Mediterráneo al mantener los puertos abiertos para la llegada y desembarque seguros de las personas desplazadas”, así como “responder a las llamadas de socorro en el mar y desplegar suficiente capacidad de rescate al tiempo que permite que los buques de las ONG hagan lo mismo”.
Asimismo, Cáritas ha pedido a la UE que garantice la seguridad y las “disposiciones adecuadas de salud y saneamiento” en las fronteras terrestres y marítimas internas y externas del territorio, “incluido el acceso a suficientes pruebas e instalaciones médicas, medidas de cuarentena no discriminatorias y condiciones de recepción que respeten el distanciamiento social”.
“Además, los campamentos superpoblados en las islas del Egeo deben ser evacuados”, continua la organización, “y las personas desplazadas detenidas en las fronteras de la UE deben ser liberadas, utilizando todas las alternativas disponibles para la detención, y se les debe proporcionar alojamiento adecuado y acceso a servicios de salud.”