Fernando García, párroco de Macotera (Salamanca) desde hace poco más de un año, ha tenido que ponerse manos a la obra con los vecinos para combatir las consecuencias del coronavirus en la localidad. Para ello, está ayudando a repartir mascarillas y gel hidroalcóholico entre la población.
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
“Recibí una llamada del Ayuntamiento para preguntarme si podía echarles una mano en el reparto de material y, de paso, ir conociendo a la gente mayor que no puede venir a recogerlo a los puntos de reparto”, explica el párroco a La Gaceta de Salamanca.
Estar cerca de la gente
“Es un acto de servicio al pueblo y no algo pretencioso ni con afán de notoriedad”, apunta García. “Para mí está siendo una experiencia muy bonita y estoy sintiendo la cercanía de la gente en estos duros momentos”, subraya. Sin embargo, el párroco quisiera hacer aun más.
Aunque la parroquia no puede comenzar a celebrar misas todavía, el párroco quisiera hacer todavía más. “Ojalá pudiera hacer más, desde el primer momento la parroquia se ha puesto a disposición del Ayuntamiento para ayudar en lo que sea necesario, sobre todo de cara a los mayores que no salen de casa, y estamos continuamente en comunicación”, dice García.