La pandemia por el coronavirus está llegando a las zonas más remotas del mundo y la falta de protección sanitaria hace que el virus cause estrados. Por eso, Cáritas Española ha decidido apoyar a la red de Cáritas en los territorios de la Amazonía dando la voz de alarma sobre la exposición a la que están siendo expuestas las comunidades indígenas de la región.
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Desprotección sanitaria
“Los pueblos indígenas afrontan una doble vulnerabilidad producto no solo de la exclusión y marginación histórica a la que hemos sido sometidos sino también como resultado de las características y condiciones geográficas en las que pervivimos en las tierras y territorios ancestrales”, es la denuncia que ha hecho la representativa, Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica.
Por ello, solicitan mayor coordinación entre los Gobiernos y las organizaciones indígenas para establecer las medidas sanitarias oportunas –sabiendo que en muchas comunidades el confinamiento es imposible–. Además, ya se dejan ver los problemas que dejará la crisis económica provocada por la pandemia y que, posiblemente, derivará en la opción por un modelo económico menos sostenible.
Crecen los contagios
A fecha de 10 de mayo en la Amazonía se registraron un total 43.516 contagios y 2.647 muertes por coronavirus. Algunas de las regiones que apoya Cáritas son las comunidades indígenas ribereñas de los ríos Quiquibey, Yata y Benicito (Bolivia); los departamentos de Amazonas y Roraima (Brasil); los departamentos de Amazonas y Meta (Colombia); los entornos de grandes ciudades de Iquitos y Pucallpa (Perú); y los departamentos de Puyo y Napo (Ecuador)
Los principales problemas de las regiones amazónicas, para Cáritas, son la normativa en Brasil respecto a los pueblos en aislamiento voluntario, la falta de acceso a la salud y vulneración del derecho a la participación en zonas de Perú y el riesgo de inicio de proyectos minero en Madre de Dios (Perú). Por ello, siguen solicitando la colaboración de socios y bienhechores.