El Papa alertó hoy del peligro de reducir la fe a una “ideología, una religión de prescripciones que quita la libertad del Espíritu Santo”. Así lo expresó esta mañana, durante la misa matutina que presidió en la capilla vaticana de Santa Marta.
“Esto se ha repetido a lo largo de la historia de la Iglesia. En nuestros tiempos, hemos visto algunas organizaciones apostólicas que parecían muy bien organizadas, que trabajaban bien, pero muy rígidos, eran todos iguales unos a otros”, denunció Francisco, que fue más allá al constatar cómo “después hemos descubierto que había mucha corrupción, incluido en sus fundadores”.
En esta misma línea, reflexionó sobre aquellos que buscan manipular “las conciencias de los fieles” hasta el punto de “convertirte en alguien rígido, o te tienes que ir”. Llegar a este extremo, para el Papa, implicar no sentir paz ni “la alegría del Evangelio”.
“Por eso, yo repito tantas veces que la rigidez no es de un buen espíritu, porque cuestiona la gratuidad de la redención, la gratuidad de la Resurrección de Cristo”, compartió el Papa en la homilía, que insistió: “Donde hay rigidez no está el Espíritu de Dios, porque el Espíritu de Dios es libertad”.
“Jesús no es un comerciante, nos lo da todo de forma gratuita”, subrayó. “Pidamos al Señor que nos ayude a discernir los frutos de la gratuidad evangélica y no de la rigidez”, expresó.
“Que nos libere de la turbación de aquellos que quieren poner la fe bajo prescripciones que no tienen sentido”, manifestó, elevando una petición más a Dios: “Que nos libere de este espíritu de rigidez que te quita la libertad”.
Al comienzo de la eucaristía y, con motivo de la Jornada Mundial de la Familia, Francisco encomendó en su plegaria inicial a las familias, “para que crezca el amor, el respeto y la libertad”.