El papa Francisco ha enviado hoy, 18 de mayo, una carta al rector de la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino, Michał Paluch, con motivo de la inauguración, en este centro, del Instituto Cultural ‘San Juan Pablo II’. Lo ha hecho, además, cuando se cumplen cien años del nacimiento de Karol Wojtyla.
“El día en que se celebra el centenario del nacimiento de san Juan Pablo II, el alumno más ilustre de esta universidad”, escribe Francisco, “se inaugura el Instituto de Cultura que lleva su nombre”. Por ello, en su texto, ha querido expresar su “agradecimiento por esta iniciativa”, cuyo objetivo principal es “reflexionar sobre la cultura contemporánea”.
“Con este fin”, continúa, “los promotores pretenden hacer uso de la colaboración de los filósofos, teólogos y hombres y mujeres de cultura más eminentes, en su más amplia expresión”. Y san Juan Pablo II es, de esta obra, al mismo tiempo, “el inspirador y primer y más importante arquitecto, con el rico y multifacético patrimonio que le queda e, incluso antes, con el ejemplo de su espíritu abierto y contemplativo, apasionado de Dios y del hombre, de la creación, la historia y el arte”.
Todo ello se fue forjando gracias a “sus diversas experiencias de vida, incluidos en particular los dramas de su época y los sufrimientos personales, interpretados a la luz del Espíritu”, lo que le llevó a “desarrollar una reflexión sobre el hombre y sus raíces culturales con una profundidad singular, como referencia esencial para cada proclamación del Evangelio”.
Asimismo, el Papa recalca que, hoy en día, es necesario “mantener viva esta actitud si queremos ser una Iglesia extrovertida, una Iglesia que no está satisfecha con conservar y administrar lo existente, sino que quiere ser fiel a su misión”.
Por otra parte, Francisco ha señalado que está “muy contento de que esta iniciativa tenga lugar en la Universidad de Santo Tomás de Aquino”, la cual “alberga una comunidad académica compuesta por profesores y estudiantes de todo el mundo y es un lugar adecuado para interpretar los importantes desafíos de las culturas actuales”. Además, su “tradición de la Orden Dominicana, con el importante papel que ocupa la reflexión racional sobre la fe y sus contenidos”, solo puede “favorecer este proyecto”.