“Tras permanecer mucho tiempo en un doloroso silencio, me veo en la necesidad de hacer este escrito por respeto a todas las personas que han apoyado mi obra y mi trabajo”. Así comienza Toño Casado, sacerdote y autor de ’33 el Musical’, un comunicado en el que explica su versión del conflicto con los productores de la obra. Según ha podido confirmar Vida Nueva, los productores no han querido hacer valoraciones sobre el texto firmado por Casado, si bien se reservan el derecho de emprender acciones legales si lo consideraran necesario.
“Para mí ’33’ ha sido y es un auténtico calvario”, subraya Casado. Pero no comenzó así ya que, en un principio, era mucho más que un musical. “Es mi legado espiritual”, dice, “es el mensaje que Dios me inspiró para hacérselo llegar a los demás”. Por ello, él mismo se encargó de elegir a los actores del musical, seleccionar al equipo creativo y dirigir la obra, “para que plasmasen lo que yo tenían en la cabeza y en el corazón”. Asimismo, Casado defiende que fue él quien hizo las labores de promoción, búsqueda de inversores y divulgación.
Sin embargo, “inmerso en la vorágine del trabajo creativo de un musical de gran formato, desbordado por la ilusión de mostrar mi obra al mundo, inocente de mí, no era consciente del infierno en el que estaba cayendo”, explica. “Desgraciadamente, creyéndome asesorado por estos empresarios (mis socios en la productora White Kite Producciones) y sus abogados, he firmado documentos, muchos de ellos incomprensibles para mí, que me perjudicaron terriblemente como autor, como sacerdote y como persona”, expone Casado.
“Mis socios me indicaron que la mejor forma de explotar la obra era creando una productora en la que podría participar, White Kite Producciones, y yo confié en ellos”, apunta. “Siempre pensé que los derechos de autor eran irrenunciables y en esa creencia procuraron mantenerme mis socios al asegurarme una y otra vez que mantendría el control sobre mi obra, haciéndome pensar que me podría echar atrás en cualquier momento manteniendo mis derechos sobre ’33 El Musical’”, explica, “nunca pensé que por consentir que se explotase mi obra, pudiese acabar perdiéndola para siempre”.
Esta situación ha llevado a que el sacerdote, en la actualidad, sea “únicamente socio minoritario de una sociedad, White Kite Producciones”, la cual “supuestamente”, como subraya Casado, “posee todos los derechos” de la obra, “incluidos los derechos de autor, para siempre y para todo el mundo, incluso el derecho de transformarla según sus criterios”.
“Y digo supuestamente”, continúa en el comunicado, “porque, según me dijeron mis socios para que mis derechos sobre ’33 El Musical’ estuvieran más protegidos, los derechos de explotación de mi obra los tiene ahora otra sociedad, Thirty Three Musicals, creada por mis socios y de la que yo ni siquiera formo parte”.
Esta situación ha llevado a Casado a sentirse “atrapado en un entramado de sociedades manejado por empresarios con unos criterios personales y morales muy diferentes” a los suyos, y a estar sin “ningún poder de decisión” sobre el musical. “Ni puedo enviar materiales a mucha gente que me los pide”, asevera, del mismo modo que tampoco puede dar continuidad a su “especial misión pastoral”, ni tampoco “cumplir el encargo del Papa Francisco sobre ’33 El Musical'”.
De todo ello, recalca, se diu cuenta “justo antes del estreno” de la obra. “Cuando hablé con mis socios únicamente recibí recriminaciones y reproches injustificados”, añade, subrayando que esta situación le llevó a padecer “una grave depresión”. Además, en el plano económico, Casado señala que el musical no le ha traído sino “desastres”. “Soy un sacerdote y encima artista, y personalmente no doy importancia al dinero”, dice.
“Con ’33 El Musical’ no solo no he ganado, sino que el poco dinero que me pagaron me vi obligado a emplearlo en abogados, psicólogos… No me he comprado ni una guitarra siquiera… “, explica, si bien matiza que su intención nunca tuvo que ver con el lucro, sino en crear “una herramienta de evangelización“. Sin embargo, a día de hoy, asegura que no tiene “ni un solo ejemplar del disco” de su propia obra, disco que actualmente se está vendiendo. Del mismo modo, el nombre de Casado desapareció de la publicidad de la obra a partir del estreno de su segunda temporada.
En cualquier caso, Casado ha subrayado que no “participado ni intervenido de ninguna manera en las últimas iniciativas publicitarias que se han llevado en relación con ’33 El Musical’”, como subirlo completo y de forma gratuita a YouTube o relacionar la imagen del Papa Francisco con el mismo.
Asimismo, ha manifestado que su objetivo, a partir de este momento, no es otro que el de defender su obra. “Dados los inciertos tiempos que vivimos y nuestra frágil permanencia en este mundo, al menos tengo la tranquilidad de que ’33 El Musical’ fue creado tal y como Dios un día me lo inspiró para que ese mensaje llegue en la forma que un día lo recibí. Es mi legado”.