Omella señala que la crisis del coronavirus muestra que “el capitalismo y el libre mercado deben tener un correctivo social”

Omella señala que la crisis del coronavirus muestra que “el capitalismo y el libre mercado deben

La recesión provocada por el coronavirus pone en evidencia que “el capitalismo y el libre mercado deben tener un correctivo social”. Es la opinión del cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que advierte que ya en la anterior crisis económica “se constató que quienes cayeron en la pobreza luego no se pudieron levantar”.



El purpurado turolense anima a mantener “la cabeza fría y los pies calientes” frente a las protestas sociales provocadas por la pandemia. “El virus tiene un gran poder de contagio, por lo que hemos de respetar las normas preventivas y no celebrar concentraciones, para evitar que haya un nuevo rebrote y se vuelvan a colapsar los hospitales. Dicho esto, tenemos que guiarnos por el sentido común y no hacer guerras inútiles, que son muy penosas y dolorosas para todos”, sostiene en una entrevista publicada este martes por El Correo y el resto de diarios regionales del grupo Vocento.

Al ser preguntado por cómo responder a la caída en la recaudación de la Iglesia católica debido al confinamiento, estimada en más de 38 millones de euros, Omella propone llevar “la imaginación al poder para ver cómo podemos recuperar un poquito esa ayuda y apelando a la generosidad”

Cumplir con la ley

También defiende el presidente del episcopado español en la entrevista la inmatriculación de bienes por parte de las instituciones eclesiales, que considera que “no da ninguna imagen mala”. Asegura que fue el Gobierno el que obligó “hace muchísimos años a decir todo lo que tenemos para saber lo que poseía cada entidad. Por eso inmatriculamos lo que durante siglos nadie había registrado. No hicimos otra cosa que cumplir con lo que marca la ley”.

Al abordar el conflicto político catalán, el arzobispo de Barcelona pide apostar por la “buena voluntad y el diálogo” y no mirar “nunca al otro como si fuera un enemigo”. Reclama además respeto para la sociedad catalana e invita a “escuchar sus peticiones y, en la medida que se pueda, concederlas”, subrayando que “hay muchas cosas que los catalanes reclaman antes que la independencia”. 

Respecto a la posibilidad de que los líderes independentistas encarcelados sigan el confinamiento en sus casas, señala primero que él “no se mete” en esa cuestión y aboga por hacer caso de lo que dicte la Justicia, aunque confiesa a continuación que se “alegraría” de que los políticos presos puedan volver a sus viviendas. “Qué más quisiera yo que no hubiera nadie en la cárcel. Los que están deben ser tratados con dignidad y respeto”.

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