Las medidas de vuelta a la normalidad tras el coronavirus en Francia están dejando cierta polémica y generando el disgusto de algunos colectivos. En materia religiosa, la medidas del Ejecutivo ha tenido un severo correctivo ya que el Consejo de Estado ha ordenado levantar la prohibición de las reuniones en lugares de culto. Una prohibición que no había permitido, hasta ahora, que se retomasen las celebraciones litúrgicas con fieles.
El informe del organismo es contundente y reclama al Ejecutivo galo que la prohibición “general y absoluta” establecida durante el estado de emergencia sanitaria decretado llegue a su fin. Y establece para ello un plazo de 8 días al considerar que la prolongación de la medida es de “naturaleza desproporcionada”, según ha informado el diario Libération y ha recogido la agencia Europa Press.
Para el consejo, esta medida “infringe grave y manifiestamente” la libertad de culto, por eso exige que sea levantada. Un informe que ha visto la luz en el día en el que en el país galo ha contabilizado 131 muertes por coronavirus en las últimas 24 horas, sumando un total de 28.239 fallecidos
Por su parte, la Conferencia Episcopal Francesa acata la resolución del consejo “por la que se ordena al Gobierno que levante la prohibición general y absoluta de reunirse en los lugares de culto y que promulgue en su lugar medidas estrictamente proporcionales a los riesgos para la salud y adecuadas a este comienzo de desconfinamiento”, han asegurado en una nota.
El propio presidente de la Conferencia Episcopal, Eric de Moulins-Beaufort, había solicitado algo similar por carta el pasado viernes al Primer Ministro, Édouard Philippe. Los obispos esperan ahora las medidas concretas y ha asegurado que “las celebraciones serán posibles, respetando las normas sanitarias comunicadas en respuesta a las propuestas de la Conferencia Episcopal Francesa”.