El coronavirus no frena las restauraciones vaticanas del año de Rafael

20/05/2020 | Mateo González Alonso

Con motivo del 5º centenario de la muerte del pintor se presentan renovadas sus dos últimas pinturas

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2020 es el año en el que se cumplen 500 años de la muerte del pintor y arquitecto Rafael Sanzio, uno de los máximos exponentes de Renacimiento italiano y que ha dejado su huella imborrable en los fondos vaticanos. Sin dejar que el coronavirus interrumpa del todo lo proyectado para este año –ya han vuelto por un tiempo sus tapices a la Capilla Sixtina–. Por ello se han preparado para su visita las dos últimas pinturas del artista en vida, las alegorías de las virtudes de la ‘Iustitia’ (Justicia) y la ‘Comitas’ (Cortesía).

Las últimas pinturas

En el Palacio Apostólico del Vaticano no se encuentran solamente las célebres estancias de Rafael, sino que el artista ha realizado algunas decoraciones al óleo en otros rincones. En concreto estas dos obras están en la Sala de Costantino, donde técnicos de los Museos Vaticanos las han descubierto y, con las pertinentes medidas de seguridad, el público podrá admirarlas.

Los técnicos han certificado la autoría de estas dos imágenes que son las dos únicas figuras femeninas pintadas al óleo entre los frescos de dicho salón. Una sala que lleva restaurándose desde 2015 y que ha permitido este descubrimiento al concluir los trabajos, el pasado 13 de mayo. Las fuentes históricas coinciden ya que se encuentran en una zona –el segundo pido del palacio papal– que el papa León X confió para su decoración a Rafael entre el otoño de 1518 y la primavera de 1519. El pintor no vio culminada su obra, al morir el 6 de abril de 1520, a los 37 años.

Para estos trabajos se han empleado las técnicas más modernas, permitiendo que salgan a la luz elementos que se afirmaban en el imaginario colectivo –algunas recogidas por el propio Stendhal en sus descripciones romanas–. En concreto en la Sala de Costantino ya han recuperado el color original de 3 de la 4 paredes. También se han descubierto unos clavos bajo los frescos que servían para fijar en la pared el tipo de óleo resinoso empleado.