El Vaticano, a través del Pontificio Consejo para la Cultura, ha divulgado un documento en el que ofrece una serie de recomendaciones aplicables a la hora de abordar la limpieza y desinfección de espacios litúrgicos con el fin de evitar la propagación del Covid-19 pero, a su vez, conservar el patrimonio cultural.
De esta manera, el Vaticano desaconseja la pulverización o fumigación de las iglesias, ya que los agentes químicos, utilizados de manera inadecuada, podrían dañar las obras de arte de forma “irreversible”. Además, subraya que, al haber estado estos espacios con acceso limitado durante las últimas semanas, “la existencia actualmente del virus en el ambiente es poco probable”.
Sin embargo, ofrece alternativas sobre cómo proceder en cada caso y del objeto que se vaya a desinfectar. “Ante cualquier duda sobre los procesos de limpieza y desinfección, es mejor no aplicar ningún tratamiento, ya que se pueden causar daños irreversibles al patrimonio cultural”, afirma el texto publicado por el organismo presidido por el cardenal Gianfranco Ravasi.
Asimismo, la Santa Sede hace incidencia en que lo más importante es el “sentido común”, empezando por no juntar dos productos químicos si no se sabe la reacción que pueden provocar. “Si se tiene la sospecha que algún elemento pueda estar contaminado, se debe retirar a una zona no accesible el tiempo recomendado”, recomienda el texto, subrayando que, al proceder al saneamiento, se haga con el consenso de un profesional de la conservación.
“El patrimonio cultural es un activo no renovable, por lo tanto, cada acción que pueda afectar su estado de conservación debe ser conocida, evaluada, documentada y sujeta a consenso con los expertos”, se puede lee en el texto con orientaciones.